Hidratar, hidratar, hidratar
Cuida tu piel del frío invernal
El cutis reseco característico del invierno se puede evitar; ¿cómo? ¡Hidrata tu piel!
Las temperaturas heladas y el aire seco hacen que el agua se evapore más rápido de la piel. De ahí la importancia, de acuerdo con los dermatólogos, de mantener la piel bien exfoliada, protegida con una loción para retener la humedad, y suavizada con una crema hidratante.
Estos son algunos factores que debes tener en cuenta:
OOHumecta tu piel de adentro hacia afuera. Durante todo el año debes beber no menos de ocho vasos de agua diarios, pero esto es especialmente importante en los meses de invierno si quieres que tu piel tenga una apariencia fresca. OOIncluye en tu dieta alimentos con un alto contenido de agua y grasas saludables, tales como el salmón, las nueces y el té verde, cuyos antioxidantes reducen la inflamación y protegen las membranas celulares. Entre las frutas, dale preferencia a los melones, las naranjas, toronjas, manzanas, peras, piña, uvas y fresas, que tienen un alto contenido de agua. Igual que algunas verduras como el tomate, el apio, el pepino, la calabaza, el zuchini y la berenjena.
OOEvita limpiarte demasiado
el cutis. Esto puede resecar aún más la piel, eliminando sus aceites naturales y afectando su balance de humedad.
OOLa exfoliación exagerada también puede causar más daño que beneficios a una piel seca. Con una vez a la semana basta para remover las células muertas y permitir que las cremas hidratantes penetren. OOCambia el producto para desmaquillarte. Olvídate de aquellos con base de agua y opta por leches y cremas suaves.
OONo olvides aplicarte el humectante en todo el cuerpo después del baño, no en la cara solamente, y un bálsamo para proteger los labios. OONunca te expongas al viento, el sol o el frío sin protegerte debidamente la piel. OOHidrata tu piel aprovechando las ventajas de los productos naturales: una mascarilla preparada con la pulpa de un aguacate, y aplicada directamente sobre el cutis, bien limpio, hace maravillas restaurando los aceites de la piel. O recurre a un viejo remedio de las abuelitas: Mezcla una taza de agua de rosas con dos cucharadas de glicerina, dos cucharadas de aceite de almendras y una cucharadita de tintura de benjuí. Después de bañarte y secarte, masajéate el cuerpo con esta mezcla, retira el exceso y te sorprenderás del resultado.