Los Dacamentados tildaron de “traidores” a los demócratas y republicanos moderados que aprobaron el presupuesto sin DACA
El Congreso aprobó ayer un presupuesto que mantiene abiertas las puertas del gobierno, pero dejó pendiente la crisis de centenares de miles de Dreamers ahora en limbo, sin garantías de lograr un arreglo para DACA la próxima semana.
Los legisladores aprobaron una medida que aumenta el gasto público por $300,000 millones en dos años y financia las operaciones del gobierno hasta el próximo 23 de marzo, mientras se negocian los detalles de los gastos a largo plazo.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer negoció el acuerdo bipartidista, que incluye un aumento para defensa, fondos para programas sociales, cobertura médica para niños, la expansión de programas de cuidado de salud, y ayudas para desastres naturales en Puerto Rico, entre otros.
Pero el voto de inmediato generó acusaciones de “traición” por parte de los Dreamers, que durante semanas han llevado a cabo, marchas, protestas, “tomas” y actos de desobediencia civil en el Capitolio, y manifestaciones en los distritos de los legisladores.
La medida se sometió a voto tras superar pugnas partidistas en ambas cámaras del Congreso: en el Senado, los conservadores fiscales condenaron el masivo aumento en el gasto público, mientras que en la Cámara de Representantes, la mayoría de los demócratas exigía la inclusión del “Dream Act”.
Al final, la medida logró en la madrugada una votación de 71-28 en el Senado, y después, una de 240-186 en la Cámara de Representantes, incluyendo 73 demócratas que la respaldaron.
El gobierno agotó sus fondos a medianoche, por lo que el tardío voto técnicamente paralizó las operaciones de la burocracia federal por ocho horas y media, hasta que el presidente Donald Trump firmó la medida de gastos.
Además de esa medida, Trump promulgó otra que compensa de forma retroactiva a los empleados públicos afectados por la breve suspensión de labores.
Sin garantías para los Dreamers
El mes pasado, en medio de un cierre de gobierno de tres días –también causado por pugnas en torno a DACA-, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, prometió abrir el debate migratorio si los demócratas apoyaban la medida de gastos, y si para esta fecha no había acuerdo sobre DACA.
Cumpliendo su promesa, McConnell ha programado un voto de procedimiento para el lunes próximo, para dar el pistoletazo al inicio del debate migratorio, que previsiblemente durará toda la semana.
El voto, previsto a las 5:30 pm hora local, será sobre una medida que servirá como “vehículo” para el debate migratorio y facilitará el proceso de enmiendas de ambos partidos.
McConnell prometió un proceso “justo” que, sin embargo, no será fácil ni corto. La principal traba en el Congreso será debatir una medida que logre suficiente apoyo bipartidista para su aprobación. En la Cámara Baja, la cifra mágica es 218 votos, y en el Senado, 60.
Por su parte, el presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, ha dicho que permitirá el voto de una medida que Trump “pueda firmar”, lo que le ha valido críticas de “cobardía” de parte de la comunidad inmigrante.
Trump no parece estar dispuesto a extender el plazo que impuso al Congreso, del próximo 5 de marzo, para encontrar una solución consensuada al programa de “acción diferida” (DACA) de