Olmedo Morán
que no les proveen de condiciones seguras de trabajo.
Morán trabajaba para la compañía Stonewall Contracting Corp. y el accidente se produjo en una escuela en el Alto Manhattan, localizada en el 443 West de la calle 135, ocurrió el 8 de abril de 2010. El obrero ahora padece de mareos y temblores en el cuerpo, particularmente en sus extremidades, por lo que no puede mantenerse en pie por mucho tiempo. Estuvo hospitalizado en el Mount Sinaí Saint Luke’s Hospital.
“Desde que mi supervisor me asignó el trabajo, le hice notar que el andamio estaba inseguro, que el espacio para caminar era muy angosto y corría peligro de caer, más aún si no tenía arnés. El respondió que si quería trabajar lo haga y si no, que me vaya a la casa”, recordó Morán de 52 años.
Morán dijo que no pierde la esperanza de que se le hará justicia para poder seguir adelante con su familia, la que también ha sufrido el impacto económico, al haber visto reducir sus ingresos tras el accidente.
“Como necesitaba el trabajo «Desde que mi supervisor me asignó el trabajo, le hice notar que el andamio estaba inseguro». para sostener a mi familia, no tuve otra opción que aceptar. Recuerdo que estaba lavando los ladrillos de la pared con la pistola de presión, cuando de pronto, perdí el equilibrio y caí”, narra el obrero ecuatoriano, quien desde entonces no ha podido volver a trabajar y ha seguido un largo proceso de terapias de rehabilitación y cirugías.
Ni la empresa para la que trabajaba ni el sindicato al que estaba afiliado, han asumido su responsabilidad o lo han ayudado.
“La empresa nunca quiso reconocer su negligencia. Yo era de la unión y siempre estuve al día en mis cuotas, pero ellos me hicieron a un lado, y aunque reclamé, nunca quisieron ayudarme, dijeron que no tenían nada que ver conmigo”.
Morán cuenta que siempre
pedían que se les mejorara las condiciones de trabajo, pero la empresa nunca se interesó por eso.
“Cuando venían los inspectores, el contratista paralizaba el trabajo y nos hacían esconder para que ellos no pudieran verificar cómo estábamos trabajando. La empresa cometía muchas infracciones, pero teníamos que aceptar esas condiciones peligrosas, pero la necesidad de trabajar”, reitera.
El obrero recuerda que en la empresa había mucha discriminación y abusos contra los trabajadores indocumentados. Actuaban de forma muy autoritaria y el que se quejaba, inmediatamente era despedido.
“A los trabajadores hispanos nos trataban de forma diferente, nos asignaban los trabajos más peligrosos. Alguna vez un capataz me exigió que levantara un bloque de piedra que pesaba más de 200 libras. Él dijo que yo sólo servía para eso”, cuenta Morán, quien es residente legal y está en proceso para obtener la ciudadanía.
Christopher Gorayeb, un abogado especialista en accidentes de construcción, sugiere a los trabajadores que si les pasa algo en sus sitios de empleo, no se queden callados y denuncien.
“Lo que el empleador suele hacer es decirle al trabajador que vaya al hospital y diga que se hirió en su casa y no en el trabajo, y la razón por la que hacen eso es para ahorrarse dinero, porque saben que si un trabajador lo hace así, no puede pedir compensación.
El abogado agregó que incluso si un trabajador es indocumentado puede demandar y hacer prevalecer sus derechos, pues la aplicación de la ley no tiene nada que ver con el estatus migratorio.
“Sin importar si tiene documentos o no, aquí todos están protegidos por la ley”, insistió Gorayeb.
Buscan debilitar la Scaffold Safety Law
Mientras el sector de la construcción experimenta un evidente auge, irónicamente los contratistas buscan eludir las responsabilidades con sus trabajadores.
De acuerdo a la Coalición para la Seguridad en los Andamios (Scaffold Safety Coalition), los lobistas de la industria están presionando para reformar esta legislación y si lo logran, pondrían a los trabajadores de la construcción en mayor riesgo de lesiones o muerte.
La coalición es un grupo de defensores comprometidos a proteger a los trabajadores de la construcción en el estado de Nueva York de los esfuerzos respaldados por la industria para paralizar la Scaffold Safety Law, legislación que ha garantizado que los propietarios y contratistas tomen las precauciones adecuadas para mantener seguros a los trabajadores de la construcción.
Desde su página, la coalición insiste que grupos de interés vinculados a la industria inmobiliaria, buscan reformar la referida ley con el apoyo de algunos legisladores en Albany.