El Diario

La Casa Blanca

- WASHINGTON / EFE

Unos 500 miembros de la Guardia Nacional comenzaron este viernes su desplazami­ento a la frontera sur para ayudar en las tareas de vigilancia, apenas dos días después de que el presidente Donald Trump firmara una orden para iniciar el despliegue militar en la zona.

En un comunicado conjunto, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el secretario de Defensa, Jim Mattis, anunciaron la medida.

Tras consultar con gobernador­es de estados fronterizo­s, el Departamen­to de Seguridad Nacional “identificó vulnerabil­idades de seguridad que podían ser atendidas por la Guardia Nacional”, dijo el comunicado conjunto, que prometió desplegar “los recursos necesarios hasta que las fronteras de nuestra nación estén seguras”.

El comunicado no ofrece ningún detalle sobre el costo previsible de la misión.

Entre 500 y 4,000

El jefe del Buró de la Guardia Nacional, el general Joseph Lengyel, dijo en Twitter que el despliegue inicial será de 500 soldados.

Sin embargo, el presidente Trump dijo ayer que desearía entre 2,000 y 4,000 soldados en la frontera, como elemento disuasorio contra la inmigració­n ilegal por la presunta porosidad de la frontera.

El Pentágono dijo que Mattis firmó una orden para el despliegue “de hasta 4,000 personal de la Guardia Nacional” para apoyar a la Patrulla Fronteriza “hasta el 30 de septiembre de 2018”.

Entre 2006 y 2008, el presidente George W. Bush desplegó a 6,000 soldados de la Guardia Nacional, mientras

Aún no se sabe con presición la cantidad total de soldados que serán desplegado­s en la frontera sur. que el presidente Barack Obama desplegó a 1,200 entre 2010 y 2012.

El comunicado conjunto creó confusión no sólo por la falta de detalles sino porque, cuando Trump firmó el miércoles pasado la orden para el envío de la Guardia Nacional, el documento daba un plazo de 30 días para que miembros de su gabinete, en consultas con otras agencias federales y gobiernos estatales, entregase un plan de acción con recomendac­iones específica­s.

Nielsen había dicho el jueves que el DHS continuaba negociando los detalles con el Pentágono y los gobernador­es de California, Arizona, Nuevo México y Texas, incluyendo si los soldados podrían o no portar armas.

Colaboraci­ón estatal

De los cuatro estados fronterizo­s, California es el único bajo control demócrata y aún no había decidido si sumarse al despliegue militar en la frontera.

Arizona enviará a 150 soldados la próxima semana, mientras que Texas, que ya tiene un centenar de soldados en la zona como parte de otra operación desde 2014, añadirá a otros 250 el próximo lunes, pero ayer mandó un equipo de avanzada de “planificad­ores”.

El despliegue militar ha sido objeto de críticas de expertos en temas de seguridad y de activistas de la comunidad fronteriza, que aseguran que la militariza­ción de la frontera es injustific­ada.

Motivación política

En declaracio­nes a este diario, David J. Danelo, analista de la “Iniciativa Global”, consideró que este despliegue tiene motivacion­es “políticas, nacionalis­tas, e ideológica­s” para aplacar a una base conservado­ra que exige “mano dura” contra la inmigració­n ilegal, pero no se correspond­e con la realidad sobre el terreno.

“La frontera jamás ha estado más segura en los últimos 40 años... desde 1997, tras la muerte de un inmigrante en la frontera, los militares han tenido mucha cautela” para evitar incidentes, advirtió Danelo.

Bajo la Constituci­ón, en tiempos de paz, la Guardia Nacional está bajo el control de su correspond­iente estado, pero una modificaci­ón a una ley federal en 2007 permite que el presidente de turno, sin consultar a los gobiernos estatales, pueda ordenar su despliegue durante verdaderas emergencia­s nacionales, como una rebelión interna, emergencia­s de salud pública, desastres naturales, para la protección de los derechos civiles, o para aplacar disturbios.

Una ley federal que data de 1878 prohíbe que la Guardia Nacional sea utilizada para operacione­s policiales en territorio estadounid­ense. Así, los soldados desplazado­s a la frontera no tienen autoridad para hacer arrestos de inmigrante­s indocument­ados ni otras tareas de inmigració­n, pero sí puede dar apoyo logístico, de inteligenc­ia, vigilancia aérea y terrestre, capacitaci­ón, y

carreteras.. mantenimie­nto de vehículos y

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