OTRA MÁS DE TRUMP
El ambiente ya estaba turbio antes de la reunión entre los países industrializados con el anuncio desde Washington del establecimiento de aranceles. Terminó peor con el presidente Donald Trump insultando públicamente al dueño de casa, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Desde el primer momento el mandatario estadounidense mostró su desinterés de asistir a la reunión cumbre. No quería escuchar las quejas europeas y canadienses por imposición unilateral de aranceles al acero y aluminio.
El desagrado lo demostró llegando tarde a las reuniones y yéndose más temprano, haciendo recriminaciones individuales, quitándole importancia a la reunión, con insultos a través de twitter y negándose a cumplir con un compromiso acordado.
En resumen, la reunión tuvo al Presidente pedante, infantil, caprichoso, grosero e indigno de confianza que los estadounidenses ya estamos acostumbrados.
Fue la eterna víctima en una realidad alternativa. Trump rechaza sorpresivamente firmar el comunicado acordado del G7, diciendo que siente traicionado cuando Trudeau dice que cumplirá con su amenaza prometida de aranceles a productos estadounidenses. Y por supuesto, Trump lo insulta.
Estados Unidos históricamente fue motor del grupo que reunió por primera vez en 1975 a los líderes de Alemania, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón para ver a situación económica global. Los integrantes representan hoy el 62% de la riqueza mundial y el 46% del producto bruto interno global.
Este es un foro para la promoción del comercio y el análisis de los temas de seguridad comunes dentro de una alianza forjada por décadas. Una relación que parecería que Trump quiere destruir.
Primero fue el retiro al pacto contra el cambio de clima, luego el fin al acuerdo con Irán, ahora los aranceles y el baldazo de agua fría con la propuesta del reingreso del Rusia la G7. Rusia no tiene una economía como para ingresar a este grupo. Antes estarían India, Brasil y China.
En 1997 se invitó a la Federación Rusa de Boris Yeltsin para integrar el régimen ruso al mundo después del fin de la Unión Soviética. En 2014, fue expulsada por invadir Crimea, Ucrania, un socio comercial de la Unión Europea. La solicitud de reingreso ignora la historia y muestra otra vez una preferencia de Trump a la Rusia autoritaria de Vladimir Putin por sobre las democracias aliadas europeas.
Dicen que sobre llovido mojado. Los allegados a Trump explican que el insulto a Trudeau se debió a que el Presidente no puede dar una imagen de debilidad a pocos días de la reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-un. O sea que agraviar al vecino canadiense es un acto bravuconería para la reunión siguiente a la que Trump considera más importante.
El Presidente antes de partir de la reunión del G-7 le dio una calificación de 10 a la reunión. Produjo otra rajadura en una alianza que un día va a necesitar.•