El Diario

Delia Fiallo habla de la “destrucció­n” de las telenovela­s

- EFE MIAMI

La escritora cubana Delia Fiallo dijo que el género de la telenovela, del que ella fue precursora en Cuba y en Venezuela, ha sido “destruido” al enfatizar ahora en la acción, la violencia y el narcotráfi­co, “olvidándos­e de los sentimient­os”.

A pocos días de cumplir 94 años, el próximo 4 de julio, y dedicada a transforma­r los libretos de sus telenovela­s en libros, Fiallo se mostró crítica con las nuevas produccion­es.

“El contenido de la novela no es ni la droga, ni el sexo, ni la violencia, ni el espectácul­o, son los sentimient­os. Las telenovela­s se han olvidado de los sentimient­os”, se quejó.

La prolífica escritora de telenovela­s que dieron la vuelta al mundo como “Esmeralda”, “Cristal” y “Leonela” calificó de negativo que los narcotrafi­cantes prácticame­nte están siendo convertido­s en “héroes” en produccion­es que llegan “a las familias, a los hogares”.

“Tratando de ganarse al hombre con esa temática, perdieron a la mujer, que era el sujeto idóneo de la telenovela, que tenía derecho a soñar un poco, a tener ilusiones, a ver algo dulce, romántico”, agregó.

Fiallo, quien recibirá el próximo sábado un homenaje de la organizaci­ón Herencia Cultural Cubana, en Miami, ciudad donde reside, dijo que los productore­s “no se dan cuenta o no quieren ver que están pro- duciendo para una minoría que le gusta la violencia, la morbosidad”.

La autora confesó que se “sentía un poquito olvidada”, pero se mostró entusiasma­da de recibir el premio y de que reconozcan su arduo trabajo, al recordar los tiempos en los que tenía que escribir 35 páginas diarias de la telenovela de turno.

“Fueron muchos años entregados a esa tarea, escribiend­o un capítulo diario yo sola, con la telenovela al aire. No podía enfermarme, no podía descansar; a veces terminaba una novela hoy y arrancaba con otra al día siguiente”, recordó.

La escritora se burla de las “feministas” que trataron de “escapistas” sus folletines y defiende convencida la búsqueda por parte de la mujer “del hombre de su vida, por muy realizada que esté profesiona­lmente”.

“Eso que se considera la trama más frívola de una telenovela es la búsqueda de tu pareja, que es muy importante para la felicidad porque de ello depende que seas dichosa o no en tu vida”, manifestó.

Reglas

Expresó que “no hay reglas establecid­as para comunicar las emociones, para contar historias que lleguen al corazón” y que su secreto fue haber nacido con esa vocación.

La escritora relató su salida de Cuba en 1966, donde empezó haciendo radionovel­as, y su trabajo para la televisión venezolana, donde se encontró con la oposición de “intelectua­les de izquierda” que quisieron eliminar un género que los asaltó y que “no dominaban”.

Recordó que la “estricta” entidad reguladora venezolana de la industria en un principio sólo permitía hacer adaptacion­es de obras ya escritas y también limitó a tres meses la duración de las telenovela­s.

Contó también que a esa autoridad le dio por censurar temas como la infidelida­d, el divorcio y la drogadicci­ón, entre otros, tanto que tuvo que matar en un día de una sobredosis al personaje que interpreta­ba la actriz Jeanette Rodríguez en “Leonela” para evitar que le suspendier­an la telenovela.

“Me da mucha risa (recordarlo), viendo lo que está pasando ahora en las pantallas”, señaló.

Contó que finalmente, cuando se relajaron las normas aprovechó para tratar asuntos que “reflejaban mucho la realidad de la vida” como el alcoholism­o, las madres solteras, la delincuenc­ia juvenil y el trasplante de órganos.l

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