Todos lo elogian, menos Trump
La muerte de McCain ha generado elogios de amigos y rivales en ambos partidos, de líderes en ambas cámaras del Congreso y de líderes de todo el mundo, quienes destacaron sus obras como veterano de guerra y a lo largo de sus 38 años en el Legislativo estadounidense.
Mientras, el presidente Donald Trump emitió una breve declaración el sábado expresando condolencias a la “familia de McCain”, sin mencionar su nombre o su trayectoria. Posteriormente, no sólo frenó la difusión de una declaración más elaborada de la Casa Blanca que alababa a McCain como un “héroe” sino que, ayer mismo, la bandera de EEUU volvió a izarse en su plenitud. El protocolo normalmente dicta tres días de duelo tras la muerte de un influyente líder político, y la Casa Blanca no contestó a una solicitud de explicación de este diario. Al hacer un anuncio desde el Despacho Oval sobre un eventual acuerdo comercial con México, Trump evadió preguntas sobre el legado de McCain.
La hostilidad entre McCain y Trump se remonta a al menos 2015, cuando el senador condenó los ataques anti-inmigrantes de Trump al anunciar su candidatura presidencial. En 2016, sus diferencias y vaivén de ataques mutuos continuó en torno a asuntos como la “veda musulmana” o el uso de la tortura, y en octubre de ese año McCain finalmente retiró su apoyo a Trump tras la difusión de una grabación en la que éste habló crudamente de las mujeres.
Trump, a su vez, nunca pidió disculpas ni pareció arrepentirse de cuestionar la trayectoria militar de McCain, quien fue prisionero de guerra durante poco más de cinco años durante el conflicto en Vietnam.
Trump nunca prestó servicio militar y evadió ser reclutado gracias a la ayuda de un médico, pero ha dicho que McCain no es un “héroe” porque se dejó capturar por el enemigo. McCain dejó en claro que no quiere la presencia de Trump en sus actos fúnebres.