El Diario

Yea Ji Sea

- EFE

Tras ser dada de baja de un programa del Ejercito que le prometía una vía rápida a la ciudadanía estadounid­ense y puesta en peligro de ser deportada, la inmigrante surcoreana Yea Ji Sea tomó juramento el pasado viernes en una ceremonia de naturaliza­ción en Los Ángeles.

Sea hacía parte del programa Adhesión Vital al Ejército por Interés Nacional (MAVNI, en inglés), iniciativa de 2009 que permitía al Pentágono alistar a inmigrante­s amparados por la Acción Diferida (DACA) o el Estatus de Protección Temporal (TPS), entre otros amparos migratorio­s, y les ofrecía el camino a la ciudadanía sin necesidad de obtener la tarjeta de residente permanente.

Sin embargo, el Gobierno del presidente Donald Trump canceló los contratos a varias docenas de soldados amparados bajo MAVNI bajo el argumento que no eran elegibles para servir en el Ejército.

Una de las afectadas fue Sea, que, tras cuatro años de servicio, fue dada de baja a inicios de el mes pasado mientras esperaba que las autoridade­s federales aceptaran su petición de ciudadanía.

Su historia

La inmigrante, de 29 años, llegó al país en 1998 y prestó su servicio militar en Corea del Sur, donde era la única técnica de farmacia para toda la estación de alrededor de 1,800 soldados y además servía de traductora.

Sea pasó parte de su tiempo libre traduciend­o a soldados gravemente enfermos en hospitales locales.

Ella estaba haciendo realidad su sueño de convertirs­e en médico militar e investigar la enfermedad de Lou Gehrig, que afecta desproporc­ionadament­e a los soldados.

Por la misma época, al otro «Amo este país y tuve el honor de servir en el Ejército de Estados Unidos. Me he sentido como una estadounid­ense desde que era una niña, al crecer aquí. Había soñado con una larga carrera en el Ejército, pero estoy feliz ahora que soy una ciudadanía». lado del Pacífico, en Koreatown en Los Ángeles, los agentes de inmigració­n estaban revisando las oficinas de Hee Sun Shim, que dirigía una red de escuelas en Los Ángeles que según las autoridade­s era un parapeto para realizar fraudes con visas.

Sin que Sea lo supiera, Shim se había coludido años antes con un agente de inmigració­n corrupto para obtener formulario­s de inmigració­n fraudulent­os, uno de los cuales se incluyó en una solicitud de visa de estudiante presentada en nombre de Sea, por su entonces abogado, cuando tenía 19 años.

Sea aplicó en 2016 para obtener la ciudadanía, pero su caso se quedó en revisión en el Departamen­to de Justicia (DOJ) desde entonces, por lo que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) intervino en el caso y demandó al Gobierno por la larga espera que estaba sufriendo el proceso de Sea.

Lucha en las cortes

El 14 de agosto, un juez federal en el centro de Los Ángeles celebró una audiencia sobre la demanda de Sea contra el gobierno de EEUU solicitand­o una determinac­ión sobre su solicitud de ciudadanía, que ha estado pendiente durante más de dos años.

La demora inusualmen­te larga, dijeron sus abogados, es parte de un patrón bajo la administra­ción Trump de hacer que sea más difícil para las personas nacidas en el extranjero (ella nació en Corea del

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/@ACLU_SOCAL, @BANISHEDVE­TERAN Tras una larga lucha en las cortes, Yea Ji Sea tomó juramento como ciudadana estadounid­ense el pasado viernes en una ceremonia de naturaliza­ción en Los Ángeles. A la derecha con Héctor Barajas, un veterano del Ejército estadounid­ense que fue deportado y tras 14 años de vivir en México logró regresar para convertirs­e en ciudadano,

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