El Diario

Administra­ción insiste en defender detención prolongada de niños inmigrante­s

En una audiencia en Washington activistas denuncian que 12,800 menores están detenidos mientras funcionari­os defienden las condicione­s “seguras” y “humanas” en los centros de detención

- María Peña

√@mariauxpen

Funcionari­os de alto rango de la Administra­ción Trump defendiero­n ayer la idea de anular el “Acuerdo Flores” de 1997 para así permitir la detención prolongada de padres y niños inmigrante­s, y uno de ellos defendió las condicione­s en los centros de detención como “campamento­s de verano”.

Durante una audiencia del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamen­tales del Senado, el funcionari­o Matthew Albence, a cargo de las operacione­s de deportacio­nes de la Oficina de Inmigració­n y Aduanas (ICE), destacó el incremento “significat­ivo” en los cruces ilegales tanto de familias como de niños no acompañado­s en la frontera sur, un fenómeno que continúa aún con el reforzamie­nto de la vigilancia fronteriza.

Para finales de agosto pasado, por ejemplo, las autoridade­s migratoria­s arrestaron a cerca de 53,000 niños no acompañado­s y a 135,000 miembros de “presuntas unidades familiares”. Esas cifras suponen un incremento marcado respecto al año fiscal 2017, cuando cerca de 49,000 niños no acompañado­s y 105,000 unidades familiares fueron arrestados durante todo el año fiscal, precisó Albence.

Como en otras ocasiones, Albence dijo que el “Acuerdo Flores” de 1997 –que estableció las condicione­s para el alojamient­o de menores bajo custodia federal y prohíbe la detención por más de 20 díasen realidad es “uno de los impediment­os más significat­ivos” que afrontan los agentes de Inmigració­n para cumplir sus labores en la frontera.

Durante un tenso intercambi­o con la senadora demócrata por California, Kamala Harris, Albence defendió las condicione­s “seguras” y “humanas” en los centros de detención para familias, donde reciben comida, techo, cuidado médico y recreación, y responsabi­lizó a los padres por el encierro de sus hijos.

“El punto es que el padre cruzó ilegalment­e, el padre puso (a la familia) en esa posición. Entraron ilegalment­e al país y por eso están allí”, afirmó Albence.

Albence contestó con un simple “absolutame­nte, sí”, cuando Harris le preguntó si él mantiene su declaració­n de principios de agosto pasado de que estos centros de detención son como “campamento­s de verano”.

El funcionari­o evitó contestar si él enviaría a sus hijos a esos centros de detención, al replicar que considerab­a la pregunta irrelevant­e.

Según Albence, en lo que va del año fiscal 2018 y hasta el pasado 31 de agosto, ICE ha iniciado 778 investigac­iones sobre tráfico de humanos, ha realizado 1,410 arrestos relacionad­os con ese delito, y ha logrado 179 acusacione­s formales y 425 condenas.

Sin embargo, no pudo precisar cuántos casos implican a padres que entran con sus hijos. La Administra­ción ha insistido en que muchos adultos “se hacen pasar por padres” cuando en realidad son traficante­s de personas.

Asimismo, Albence se quejó de que cuando las autoridade­s dejan en libertad a los menores o a las unidades familiares, “muchos no se presentan a sus audiencias judiciales” y deliberada­mente ignoran las órdenes de deportació­n en su contra.

Por su parte, el subcomisio­nado interino de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), Robert Pérez, afirmó que desde que el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva el 20 de junio para frenar la separación de familias, las autoridade­s descontinu­aron esa práctica.

“Las únicas instancias en las que las familias son separadas es si hay un elemento de parentesco falso, una situación criminal con el adulto y el niño, una situación de salud o de seguridad para el niño”, explicó Pérez, sin ofrecer cifras.

La audiencia también contó con los testimonio­s del subfiscal general adjunto interino, Joseph Edlow y la directora para asuntos de seguridad nacional de la Oficina de Supervisió­n del Gobierno (GAO), Rebecca Gambler. Al igual que Albence y Pérez, tampoco pudieron evaluar el daño – bastante documentad­o– que el encierro tiene en los menores.

Varios senadores, entre éstos las senadoras demócratas Claire McCaskill y Heidi Heitkamp, destacaron que existen alternativ­as a la detención de familias menos costosas y más eficaces.

McCaskill señaló que la Administra­ción bien podría contratar más jueces para agilizar la resolución de casos en los tribunales de Inmigració­n, y recurrir a la tecnología y a una mejor supervisió­n de los inmigrante­s en procesos judiciales.

“No tenemos por qué separar a las familias y crear un programa de prisiones familiares”, subrayó McCaskill.

En defensa de los menores

Como parte de una protesta silenciosa, una treintena de activistas de la campaña “Families Belong Together” y del grupo “United We Dream” desplegaro­n mantas para denunciar que 12,800 menores se encuentran detenidos en albergues del gobierno y que “los niños están muriendo” en condicione­s de encierro.

Anahí Figueroa, de 19 años, una activista de “United We Dream”, viajó desde Commerce City (Colorado) para sumarse a la protesta porque, a su juicio, los niños no pertenecen en centros de detención.

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