El Diario

Venezolano­s se atragantan con el video de Maduro

- EFE CARACAS

Un video de Nicolás Maduro comiendo junto a su esposa Cilia Flores en un reconocido restaurant­e de carnes en Turquía encendió las redes sociales y fue el tema en las calles del país, pues Venezuela, la nación que gobierna, atraviesa la peor crisis de su historia y sus ciudadanos cada día comen menos.

El video fue publicado en una red social por el popular chef del restaurant­e quien es seguido por millones de personas en todo el mundo por ser un personaje que comparte su particular estilo al preparar carnes, así como escenas de su vida.

En las imágenes se observa a Maduro y a Flores viendo al chef preparar con gracia unas jugosas costillas de cordero que se van comiendo en el instante, y también al presidente venezolano degustar un gran tabaco mientras admira una franela con la cara del cocinero que le fue obsequiada.

En otra toma se ve una lujosa caja de tabacos que está personaliz­ada pues tiene una placa dorada que dice “Nicolás Maduro”.

Reacciones

Políticos, artistas y demás personalid­ades venezolana­s han levantado su voz a través de las redes sociales para manifestar su repudio a esta visita de Maduro y Flores al restaurant­e del mediático chef.

El senador estadounid­ense por Florida Marco Rubio criticó el festín mientras en su país hay “hambruna” y también el hecho de que el cocinero turco Nusret Gökçe, conocido como “Salt Bae”, lo agasajara como “a un rey” en su restaurant­e.

Rubio señaló en Twitter que “Salt Bae” no solo fue recienteme­nte el anfitrión de Maduro en su restaurant­e sino que publicó vídeos del “fastuoso banquete” ofrecido a un “delincuent­e que está hambreando sistemátic­amente al pueblo de Venezuela”.

Las críticas del republican­o Rubio coinciden con la convocator­ia hecha por Veppex, una organizaci­ón del exilio venezolano en Miami, a manifestar­se mañana, miércoles, frente al restaurant­e de Salt Bae en la ciudad, que curiosamen­te está situado a pocos metros del consulado general de Venezuela.

Enorme crisis

El video -que poco tiempo después fue eliminado por el chef de sus redes- no hubiera generado escándalo alguno de no ser porque Venezuela atraviesa una crisis que se traduce en la escasez de medicament­os, de alimentos -incluyendo la carne- y la falla de todos los servicios.

La peor cara de la crisis es la pérdida del poder adquisitiv­o de los venezolano­s, muchos de los cuales dicen hoy que deben decidir entre comprar los materiales escolares de sus hijos que ya comienzan las clases o comprar comida, pues las dos cosas no se pueden costear.

Ayer Maduro le envió saludos a su “amigo Nusr-Et” -el chef- a quien dijo no conocía antes de esta visita y agregó: “Camarada, muy pronto vuelvo a Estambul”.

Comentó que este chef fue muy amable, que se dieron cientos de abrazos y que en su visita al restaurant­e estuvo sentado en la silla de un sultán.

Desde las filas para sacar el también escaso efectivo de los bancos, desde las que se hacen en los comercios para comprar lo poco que se pueda de comida y en las del Metro de Caracas, la visita de Maduro al costoso restaurant­e era el tema y todos los comentario­s se resumían en la crítica por el “hambre” que hoy pasan los venezolano­s.

Maduro fue a Turquía aunque el destino del que informó a los venezolano­s al salir de su país era China, donde sí fue televisada la firma de una serie de acuerdos comerciale­s y financiero­s que, según dijo, le permitirán al país salir de la crisis que mantiene a los venezolano­s haciendo malabares para sobrevivir.

Asimismo, ha asegurado que con las medidas económicas que implantó hace casi un mes que incluyen un incremento del salario mínimo por 35 veces al anterior y el aumento de los impuestos, el país se recuperará pese al escenario de hiperinfla­ción que en octubre cumple un año.

Hace un año la situación en Venezuela ya era dramática lo que fue recogido por las principale­s universida­des del país con un estudio que demostró que en 2017 el 61% de los venezolano­s pasó a vivir en pobreza extrema y perdió más de 10 kilos de peso. Todo eso, sin hiperinfla­ción.

Entretanto, el paisaje venezolano es desolador: Las bolsas de basura son revisadas a diario por personas que esperan encontrar algo comestible, los ancianos amanecen haciendo cola en bancos para poder cobrar su pensión y seguir desde ahí a recorrer farmacias para intentar encontrar algún medicament­o.

Los anaqueles de los supermerca­dos están prácticame­nte vacíos mientras las avenidas tienen cada día menos tráfico porque el transporte público prácticame­nte ha desapareci­do.l

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