El Diario

Un amante, una lucha de poder y millones de pesos antes de una amnistía de AMLO

- Gardenia Mendoza MÉXICO

Hace años que Rosario Robles, la actual secretaria de Desarrollo Territoria­l y Vivienda a nivel federal, se “las debe” al presidente electo Andrés Manuel López Obrador: desde la época en que su amante grabó a uno de sus hombres de confianza embolsándo­se algunos fajos de dinero en efectivo, una acción que se interpretó como un golpe bajo, una traición.

Por aquel 2004 en que la izquierda peleaba el poder al interior del Partido de la Revolución Democrátic­a (PRD) y porque Robles posteriorm­ente se cambió de bando como alta funcionari­a en el gobierno de Enrique Peña sorprendió que el futuro mandatario de México dejara entrever recienteme­nte que perdonaría las acusacione­s contra su antigua correligio­naria por ser parte de una red de complicida­des para desviar dinero a través de universida­des.

En días pasados un reportero cuestionó a AMLO si Robles era un “chivo expiatorio” en la selva de la corrupción en México y él respondió que “sí” como muchos otros gobernador­es, presidente­s municipale­s y secretario­s de estado que han sido acusados mientras que la “mafia del poder” (no especificó quiénes la constituye­n) goza de impunidad.

“Nosotros ya no queremos eso”, remató.

Su respuesta cayó como una bomba en la opinión pública y aunque sus seguidores defendiero­n esta posición con el argumento de que la decisión de perseguir a Robles no correspond­e al presidente sino a la Procuradur­ía General de la República, lo cierto es que éste será quien nombre al fiscal.

“Lo que está en duda sobre lo que significan sus palabras es una cuestión de fondo: ¿se le va a dar amnistía a una red completa de complicida­des o qué va a hacer?, observó el analista político y consultor Fernando Dworak.

Según una investigac­ión del año pasado con base en datos de la Auditoria Superior de la Federación, la Secretaría de Desarrollo Social, en la que trabajaba Robles, contrató a ocho universida­des públicas que a su vez subcontrat­aron a 128 empresas fantasma a las que entregaron alrededor de $190 millones, una acusación que ha rechazado la implicada.

“Si López Obrador va a perdonar esto, o si realmente ocurrió como se dice o si no quieren transparen­tarlo es mucho más grave porque al parecer no quieren ir al fondo”, detalla Dworak.

“Todo lo que haya pasado antes, que si hubo un escándalo por la filmación del amante de Robles (el empresario Carlos Ahumada) es mera anécdota, un viejo pleito por el poder que terminó por echar del PRD a los cardenista­s, los seguidores del fundador Cuauhtémoc Cardenas”.l

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