Un Liverpool superior sufre ante el París SG
Firmino en tiempo de descuento anotó el gol de la victoria
La atmósfera de Anfield y el corazón y la historia del Liverpool frenaron ayer (32) a un Paris Saint Germain carente de espíritu y castigado por un gol en el tiempo añadido de Roberto Firmino.
Como ya le ocurrió la temporada pasada el PSG bajó su rendimiento en un gran escenario y desperdició una gran oportunidad para reivindicar su estilo en Europa.
Los de Jürgen Klopp siguieron con su idilio con la ‘Orejona’ y con los tantos de Daniel Sturridge y James Milner y, sobre todo, el golazo de Firmino, sumaron la sexta victoria consecutiva del curso.
Antes del torrente de goles, el partido arrancó con 15 minutos de dominio casero, traducido en un disparo de Virgil van Dijk que sacó de la escuadra Alphonse Areola, que se unieron a la poca aportación de Kylian Mbappé y algún destello aislado de Neymar.
No obstante, cuando llegó el PSG, lo hizo con mucho más peligro. La primera intentona de Neymar, tras una combinación con Di María, se resolvió con un disparo seco que no atrapó Alisson y el rechace, a trompicones de Cavani, sí lo embolsó el portero brasileño.
En el minuto 30, Andrew Robertson encontró un hueco en la zaga del PSG, no se lo pensó y lo puso de primeras y encontró a Sturridge, hasta ese momento prácticamente inadvertido, que cabeceó y firmó el 1-0 par los de Klopp.
Al PSG se le vino encima Anfield y Juan Bernat pecó de inocente y puso una zancadilla a Georginio Wijnaldum dentro del área que el árbitro señaló, y con razón, como penalti.
Milner, con el brazalete de capitán, asumió la responsabilidad y, pese a que Areola le adivinó el lado, el balón se coló raso y fuerte pegado a un palo, enfrente de la grada The Kop que estalló de júbilo.
Embutidos en una nube, tuvo que ser un error local el que resucitase a Neymar y los suyos. Di María, muy activo en los primeros 45 minutos, puso el balón en el área, Edinson Cavani no pudo controlarlo y Robertson, incomprensiblemente, despejó mal dejándoselo muerto a Meunier que lo puso 2-1. La electricidad de la primera parte fue cortada de lleno por el descanso, que apaciguó a los dos equipos y redujo una marcha el encuentro.
El Liverpool perdonó y Neymar y Mbappé, inofensivos hasta los minutos finales, aprovecharon para empatar.
Salah erró en la salida, regaló el balón a Julian Draxler y éste vio la cabalgada de Neymar por el centro. El brasileño condujo el esférico con sobriedad y encontró a Mbappé dentro del área, que fusiló a Alisson y puso el 2-2.
El francés, héroe tan solo unos minutos antes, iba a pasar a villano. En el tiempo añadido, la joven estrella intentó tirar un caño y regaló la pelota al Liverpool. Firmino recibió el presente dentro del área, tiró un amago a Marquinhos y definió con un tiro cruzado para desatar el éxtasis en Anfield.