Puertorriqueños dentro y fuera de la isla luchan por la supervivencia
Actos de recordación por las víctimas y un llamado a la acción para la reconstrucción de Puerto Rico fueron el común denominador de los actos por el aniversario del paso de María
√@mariauxpen En el primer aniversario del huracán “María” en Puerto Rico, el más mortífero que ha azotado la isla en un siglo, decenas de miles de puertorriqueños continúan su lucha por supervivencia, en medio de una perenne crisis económica y constantes apagones que dificultan el regreso a la normalidad, mientras los desplazados en EEUU también buscan abrirse camino en este país.
En ciudades como Washington, Nueva York, Chicago (Illinois) y Orlando (Florida), líderes políticos, representantes de la diáspora puertorriqueña, y activistas de grupos comunitarios se sumaron ayer a una serie de actos de recordación de las víctimas y un llamado a la acción para agilizar la reconstrucción de la isla.
Es que, a corto y largo plazo, las necesidades que dejó la catástrofe, en las áreas de vivienda, educación, comida, agua potable y cuidado médico son muchas, frente a un gobierno que encima arrastra el lastre de una crisis económica ya grave antes del arribo del huracán “María” el 20 de septiembre de 2017.
Se calcula que el huracán, que entró como una categoría 4, causó daños por al menos $90,000 millones, y los gastos de recuperación alcanzarían hasta $135,000 millones. El Congreso sólo ha desembolsado unos $50,000 millones.
Tan grande fue el éxodo tras “María” que la isla sufrió una baja de hasta el 12% en su población –con la salida de hasta 300,000, de los cuales 135,000 se establecieron en Florida-, y causó fuertes demandas en servicios sociales para los más de 130,000 desplazados en EEUU.
Según datos oficiales, actualizados hasta mediados de agosto pasado, las autoridades han podido restablecer la luz eléctrica y los servicios de telefonía celular casi en su totalidad, mientras que los supermercados, gasolineras y demás negocios también han recuperado buena parte de sus operaciones.
Sin embargo, para los 3.4 millones de habitantes en la isla, donde la tasa de pobreza se disparó al 52%, según el “Environmental Defense Fund”, la realidad sobre el terreno es una vida con muchas improvisaciones, debido a la inestabilidad que causan los impredecibles apagones. En hospitales y demás instalaciones médicas, por ejemplo, unos minutos sin luz eléctrica y con ascensores varados, aumentan los riesgos para los pacientes.
Las 25,000 carpas o toldos azules que aún cubren viviendas en la isla, a manera de techos improvisados, son símbolo de lo que los activistas señalan como la “negligencia”, “discriminación”, e “ineptitud” del gobierno federal para ayudar a los damnificados.
El legislador demócrata por Illinois, Luis V. Gutiérrez consideró que la negligencia del gobierno federal es un reflejo del “desdén” que durante décadas ha mostrado hacia la isla, a la que trata como una “posesión colonial en el Caribe”.
“EEUU ha eliminado de forma sistemática el poder de Puerto Rico de determinar su propio destino económico y político, y esto contribuyó a la magnitud del desastre que surgió el año pasado. Ahora EEUU tiene la oportunidad de trabajar con los puertorriqueños para reconstruir la isla para que sea una nación moderna, auto-sostenible y autónoma, donde los trabajos y oportunidades permitan que las familias puertorriqueñas puedan crecer y prosperar en su patria”, afirmó.
A la defensiva, la Administración federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) distribuyó hojas de datos sobre toda la ayuda que ha ofrecido a Puerto Rico desde el año pasado.
De una crisis a otra
Un informe de la Fundación de la Familia Kaiser destacó que, encima de la lenta recuperación económica y reconstrucción de viviendas e infraestructura, los proveedores de servicios médicos siguen registrando fuertes necesidades relacionadas con condiciones de salud crónicas y escasez de medicinas.
El acceso a tratamiento de diálisis tanto en las Islas Vírgenes como en Vieques “sigue siendo limitado” debido a problemas de infraestructura, indicó.
El documento señaló que ha habido un aumento en los niveles de ansiedad, depresión y en el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD, por su sigla en inglés).
“En Puerto Rico, los continuos retos por la pérdida de hogares y empleos, y demoras en las reparaciones, han contribuido a una pobre salud mental, mientras que las interrupciones en la generación de luz eléctrica y de (servicios de) agua potable están provocando PTSD”, precisó.
“La ansiedad sobre la próxima temporada de huracanes también ha incrementado las necesidades de salud mental” en la isla, según el documento.
Los ancianos, los discapacitados, y pacientes con necesidades especiales figuran entre las poblaciones más vulnerables, que también ha sufrido las secuelas del éxodo de familiares o personas a cargo de su cuidado personal.
Los muertos de la discordia
Las conmemoraciones del aniversario de “María” se produjeron en unos momentos de acritud entre demócratas y republicanos y la Casa Blanca, después de que el presidente Donald Trump rechazara un estudio de la Universidad de George Washington, según el cual el número de muertos relacionados de forma directa o indirecta en los primeros seis meses del azote del huracán fue de aproximadamente 2,975.
El informe, que tendrá una segunda fase, también emitió recomendaciones para corregir las deficiencias que quedaron al descubierto, incluyendo la falta de preparación en