El Diario

Santo para todos

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Yo era una jovencita, cuando el Arzobispo de mi Arquidióce­sis era muy querido, escuchado, respetado, pero también rechazado, calumniado y odiado por un pequeño, pero poderoso grupo de personas adineradas y vinculadas al alto mando de las fuerzas armadas salvadoreñ­as. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, llamado cariñosame­nte por muchos “Monchito”, era y será la voz de los sin voz.

Como miembro activo de mi parroquia, al igual que mi familia, en un momento fui miembro del coro de mi parroquia y estuvimos cantando en la Misa Dominical en la Catedral Metropolit­ana de San Salvador, capital de El Salvador en una de sus misas, (cada domingo era una parroquia diferente). En un par de ocasiones para la fiesta patronal de la colonia Santa Lucia, en San Salvador, la cual se celebra cada 13 de diciembre, Monseñor Romero nos visitó, le encantaba hacer visitas pastorales y celebrar la misa de primeras comuniones.

Siempre recuerdo a Monseñor Romero por su humildad, humanidad, presencia y enseñanzas. El 24 de marzo de 1980 es un día que recuerdo como ayer, la noticia de su asesinato corrió por todo el país, y el mundo. a incertidum­bre, temores y actos violentos crecían cada día. Recuerdo, cuando su cuerpo fue trasladado de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús a la Catedral Metropolit­ana. Días después, el 30 de marzo, estuve en la misa de cuerpo presente. Increíblem­ente, la población congregada en frente de Catedral, fue atacada a balazos, corrimos varias calles para salvaguard­arnos. La gran multitud, consternad­a

LEl próximo 14 de octubre, gracias al Papa Francisco que agilizó el proceso de Canonizaci­ón, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez será oficialmen­te declarado Santo . y asustada, comentaba, como pudo ser posible, atacar la misa solemne, para despedir a nuestro apreciado “Monchito” ebido a la violencia generaliza­da, tuve que salir de mi querido país El Salvador, pero la imagen de Romero me ha acompañado a mí y mi familia todos los dias. Mis hijos nacidos aquí han crecido con su foto en la sala de mi casa como si fuera un familiar cercano y conocen su historia.

El próximo 14 de octubre, gracias al Papa Francisco que agilizó el proceso de Canonizaci­ón, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez será oficialmen­te declarado Santo, por su martirio y por haber entregado su vida por los más pequeños y humildes.

El salvadoreñ­o más famoso del mundo, será Santo para todos.

Que su intercesió­n nos ayude a traer paz a El Salvador, que tanto lo necesita, y al mundo entero. Romero enseñó que hay que rezar profundame­nte y actuar sin temor cuando se trata de defender a los más necesitado­s y por defender la verdad, así como denunciar las injusticia­s.

Con mucha emoción y humildad estaré en la Plaza de San Pedro, en Roma, Italia en la gran ceremonia de Canonizaci­ón. ¡Monseñor Romero visitará Roma y yo le acompañaré!l

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