Fuego destructor
Sube a 228 la cifra de desaparecidos por voraz incendio en California
El fuerte viento que soplaba ayer en California dificultó las tareas de contención por parte de los bomberos y atiza los dos grandes fuegos que queman en el estado desde el jueves, que ya se han cobrado la vida de por lo menos 31 personas y donde otras 228 siguen desaparecidas.
Tras la tregua del fin de semana, en que unas condiciones meteorológicas más favorables permitieron a los bomberos avances significativos en la lucha contra los incendios, fuertes y secos vientos provenientes del interior volvieron a soplar con fuerza ayer.
En varios puntos del estado se registran este lunes rachas de hasta 70 kilómetros por hora, que han contribuido a expandir el fuego bautizado como “Woolsey Fire”, cerca de Los Ángeles, hasta las 37.000 hectáreas con respecto a las 33.600 de la última hora del domingo.
El “Camp Fire”, por su parte, que quema en el norte del estado y ya es considerado el más devastador jamás registrado en California al haber arrasado una ciudad entera y más de 6.700 edificios, ha quemado 46.000 hectáreas, según datos del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios del estado, Calfire.
Más de 4.500 bomberos luchan contra las llamas en esta zona, unos 280 kilómetros al noreste del área de la bahía de San Francisco, pero las condiciones adversas han impedido cualquier avance en las últimas 24 horas, en las que la contención del fuego se ha estancado en un 25 %.
Del total de 31 fallecidos de los que se tiene constancia hasta la fecha, 29 fueron hallados en zonas afectadas por el “Camp Fire”, lo que lo convierten en la conflagración A la izquierda, lo que queda del parque Grape Arbor en Calabasas. A la derecha, vista del humo y el fuego en las colinas de Malibú, arrasando acres de terreno y casas. más mortífera jamás registrada en el estado más poblado de EEUU junto con la de Griffith Park en Los Ángeles en 1933, cuando también hubo 29 muertos.
Los otros dos fallecidos fueron hallados en un vehículo cerca de la población de Malibú, a las afueras de Los Ángeles, que lleva evacuada desde el jueves al encontrarse dentro del perímetro del “Woolsey Fire”.
Las evacuaciones masivas tanto en el norte como en el sur del estado (unas 250.000 personas en total siguen sin poder regresar a sus casas) han sido aprovechadas por algunos ladrones para entrar a robar en los hogares vacíos, especialmente en el caso del incendio que quema en el norte, informó la Policía.
En declaraciones a los medios, el alguacil del condado de Butte, Kory Honea, avisó de que, pese a lo caótico de la situación, su oficina “investigará para poder identificar y arrestar” a los autores de los robos.
Por su parte, el gobernador de California, Jerry Brown, pidió formalmente al presidente Donald Trump una declaración de “desastre mayor”.
En caso de ser concedida, la declaración ofrecería a los afectados por los fuegos ayuda financiera del Gobierno federal para alojamiento, desempleo, gastos legales y tratamiento psicológico.