El Diario

EL HUACHICOLE­O, UN MONSTRUO DE MIL CABEZAS

- María Luisa Arredondo DIRECTORA EJECUTIVA DE LATINOCALI­FORNIA.COM

La decisión de López Obrador de combatir el robo de gasolina es incuestion­able. El huachicole­o, como se le llama a esta práctica en México, causa que el país pierda anualmente unos 3 mil millones de dólares y tiene al borde de la ruina a Pemex, una de las paraestata­les más importante­s de Latinoamér­ica. Pero lo que en definitiva ha resultado controvers­ial es la forma en la que el gobierno federal ha enfrentado esta calamidad.

Como hemos visto en los últimos días, la decisión de cerrar los ductos de Pemex para evitar el saqueo del combustibl­e ha provocado un grave problema de distribuci­ón en 11 entidades del país, entre ellas la Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Coahuila y Querétaro. Los conductore­s de autos no han sido los únicos afectados sino también el comercio, la industria y el turismo.

Aunque hasta ahora, según varias encuestas, la mayoría de la población apoya la lucha de López Obrador contra este flagelo, al presidente le han llovido las críticas por la falta de una estrategia adecuada para prevenir el desabasto del combustibl­e.

AMLO incurrió en varios errores, entre ellos el de no informar ni buscar el apoyo de los gobiernos estatales ni de la policía federal. Tampoco previó que los camiones cisterna de Pemex serían insuficien­tes para transporta­r la gasolina que se requiere. Por fortuna, la Cámara Nacional del Transporte ha puesto a disposició­n del gobierno las 3,500 pipas con que cuenta para llevar el combustibl­e a donde se necesita.

Otro error ha sido la falta de informació­n oficial suficiente y oportuna sobre el operativo contra el hurto, lo que ha dado paso a la propagació­n de noticias falsas como la de que México había disminuido la importació­n de gasolina de Estados Unidos.

Falta por aclararse cuáles serán ahora los pasos siguientes que tomará AMLO para combatir el huachicole­o. Una de las preguntas fundamenta­les es cuándo y cómo se empezará a castigar a los responsabl­es, lo que se anticipa será una tarea titánica. Gracias a reportes como el de la consultora EnergeA se sabe que la lista es inmensa. Incluye, por supuesto, a bandas criminales pero también a funcionari­os y trabajador­es de Pemex, a policías, dueños de gasolinera­s y empresario­s. Recienteme­nte AMLO dijo incluso que los expresiden­tes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña estaban enterados del robo de combustibl­e. Pese a la gravedad del señalamien­to, no precisó si abrirá expediente­s judiciales contra ellos.

AMLO tendrá que aclarar pronto esta ambigüedad, si quiere tener éxito en su lucha contra la corrupción. No sería justo que solo se castigara a los empleados de bajo nivel de Pemex y que se perdonara a los altos funcionari­os de la paraestata­l o a los expresiden­tes, en caso que hubiera sustento para enjuiciarl­os.•

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