EL ACUERDO VERDE
El Green New Deal (Nuevo Acuerdo Verde) es una propuesta a tomar en cuenta. Se puede cuestionar la posibilidad de transformar la economía estadounidense en un periodo de 10 años para que elimine la emisión de carbono, pero allí existen aspectos logrables y deseables.
El nombre es tan ambicioso como la intención. El presidente Delano Roosevelt en la década del 30 estableció una serie de programas y reformas a las que se llamaron el New Deal para sacar al país de la Gran Depresión. Algunas propuestas se quedaron en el camino, otras como el Seguro Social y Compensación de Desempleo siguen ayudando hasta hoy a los estadounidenses. Este fue un período que mejoró la vida de todos con cambios que protegió al trabajador y consumidor.
La situación de hoy no es muy distinta. La Gran Recesión terminó oficialmente hace unos años, pero la recuperación no fue pareja. Salvando las distancias, existen muchas similitudes entre hoy y el periodo rumbo a la Depresión.
En el siglo 21 se necesita un nuevo acuerdo como antes, adaptado a los tiempos. La contaminación ambiental y el cambio de clima es el vehículo ideal porque es una amenaza para generaciones de estadounidenses. El Green New Deal dado a conocer por la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y el senador Ed Markey es mucho más que una propuesta verde, es una visión integral de un mundo mejor.
La idea de salarios vivibles, de vacaciones pagas, de cobertura médica universal, de acceso al agua limpia, de vivienda y comida son parte del plan, que hoy es una resolución legislativa. Este es un aspecto muy concreto que es obtenible.
Es una propuesta razonable y civilizada. Lo intolerable no es la propuesta sino catalogarla de socialismo.
Hay otros puntos que son aspiracionales. Transformar el sistema de transporte, de manufactura e infraestructura es más difícil. Existe una correlación entre buenos empleos y energía verde, pero lograr las metas en una década es complicado. No se habla de costo. Indudablemente será alto pero con la ecología vale la pena considerar si se deja una deuda grande a las próximas generaciones o un mundo inhabitable.
La propuesta levantó innumerables críticas conservadores por considerarla quijotesca. A muchos de los opositores no le molesta la deuda que dejaron los pasados recortes de impuestos y siguen creyendo en inversiones que nunca se realizan. ¡Eso sí es una fantasía!
También hay un interés deliberado de convertir a Ocasio-Cortez en la figura central demócrata. La congresista de NY representa un ala progresista, tiene energía y carisma pero no encarna al Partido Demócrata. A veces paga el precio de tener más entusiasmo que experiencia.
Hay un interés político para manipular la figura de Ocasio-Cortez y de su propuesta para convertirlos en la pieza central demócrata para el 2020. Es una estrategia que a falta de ideas, recurre al temor a través de la manipulación y mentira.•