EL EJÉRCITO, CLAVE PARA EL ÉXITO DE AMLO
Uno de los cambios más llamativos que ha tenido López Obrador desde que ganó la presidencia de México es su relación con la Fuerzas Armadas.
Durante años, el ahora presidente fue un duro crítico de la estrategia de militarización que siguieron tanto Felipe Calderón como Peña Nieto para combatir al crimen organizado. Como candidato de la oposición, AMLO dijo en numerosas ocasiones que el Ejército no debería utilizarse para tareas de seguridad porque no estaba entrenado para ello, lo que abría la puerta para la posible violación de los derechos humanos.
Pero a raíz de su victoria electoral en julio del año pasado, López Obrador cambió radicalmente su perspectiva sobre las Fuerzas Armadas. De un día para otro olvidó sus ataques y preocupaciones sobre cualquier exceso cometido por el Ejército para deshacerse en alabanzas y elogios hacia esta institución.
Al siguiente día de haber asumido la presidencia, llegó al Campo Marte de la Ciudad de México y, en su tradicional saludo al Ejército, aseguró que se trata de una de las mejores instituciones de México y que tenía plena confianza en que contaría con su pleno respaldo para atacar el gravísimo problema de la inseguridad.
Desde entonces, AMLO le ha otorgado al Ejército cada vez mayor relevancia. Los militares no solamente siguen en la lucha contra el crimen organizado sino que son los encargados de vigilar los ductos de Pemex para evitar el robo de combustible, son quienes contratan a los conductores de las pipas que transportarán la gasolina, e incluso se les ha encomendado construir un desarrollo inmobiliario en Santa Fe. Todo esto sin contar que son quienes estarán a cargo de formar, estructurar, capacitar y dirigir la Guardia Nacional, el instrumento con el que el presidente piensa poner orden y seguridad en el país y cuya aprobación se discute en el Congreso. o es de extrañar, entonces, que para compensar las enormes responsabilidades que ha puesto sobre los militares, el presidente esté dispuesto a concederles privilegios que no se habían visto antes. López Obrador ha confirmado que el Ejército no nada más estará a cargo de las obras del nuevo aeropuerto civil de Santa Lucía sino que también lo administrará y que las ganancias serán para fortalecer a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la futura Guardia Nacional.
Adicionalmente, anunció que el aeropuerto se llamará Felipe Ángeles, en honor a uno de los más grandes generales de la Revolución Mexicana.
Así, después de haber prometido en su campaña electoral que regresaría al Ejército a sus cuarteles, ahora López Obrador está depositando en los militares toda la confianza para el éxito no solo de su estrategia contra la inseguridad sino de todo su mandato, con todos los riesgos y peligros que ello representa.•
N