Negociaciones sin rumbo fijo
Tras la violencia contra las protestas crece la expectativa por el rumbo de los diálogos entre Gobierno y oposición
La expectativa por el rumbo que tomarán las negociaciones para resolver la crisis de Nicaragua dominó el ambiente local ayer, luego de las acciones de la Policía contra manifestantes para evitar protestas contra el presidente Daniel Ortega.
Tras los disturbios del sábado, este domingo se vivió un ambiente de calma y de incertidumbre sobre si la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia debe volver a la mesa de negociaciones, ante la aparente falta de voluntad del Gobierno para resolver la crisis.
El obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, quien actuó como mediador del diálogo que se inició en mayo del año pasado y que luego fue paralizado, afirmó que las actuales negociaciones deben tomar en cuenta lo que ocurre lejos de la mesa de discusiones para avanzar por buen camino.
“Las personas que se reúnen a negociar, a dialogar, deben mostrar su buena voluntad fuera del recinto”, dijo Báez.
Este sábado la Policía detuvo al menos a 107 personas que intentaban protestar, según datos de la Policía local, o 164 de acuerdo con el movimiento que convocó a una marcha, la Unidad Nacional Azul y Blanco, que además reportó seis heridos a causa de los disparos realizados por los agentes.
También se denunciaron agresiones de oficiales a periodistas y su irrupción a centros de comercio privados para capturar a los manifestantes, así como el asedio por varias horas en los edificios a los que no pudieron arrestar.
El exministro de Educación e integrante de la alianza opositora Carlos Tünnermann expresó sus dudas sobre la voluntad política del presidente Ortega para continuar con las negociaciones.
Mientras el exministro de Economía Mario Arana, también integrante de la alianza, mantuvo su posición de mantener las negociaciones pese