El Diario

UNA DEUDA QUE PESA Y FRENA

-

Hoy un título universita­rio equivale a lo que antes era la graduación de la escuela secundaria. Lo mínimo necesario para entrar al mercado laboral. Los tiempos cambiaron, pero la estructura financiera de la educación terciaria sigue igual, condenando a los estudiante­s a iniciar su vida laboral con el lastre de una deuda pesada.

De ahí la alegría de los aproximada­mente 400 estudiante­s del Morehouse College cuando el orador principal de su ceremonia de graduación, Robert Smith, les dijo que se hará cargo de su deuda estudianti­l. Se estima que desembolsa­rá cerca de 41 millones de dólares para abonar el pago de préstamos por un valor promedio de 40,000 dólares. En algunos casos, superaba los 100,000 dólares, según cálculos.

Smith da un ejemplo a seguir para los multimillo­narios cuando hablan en estas ceremonias. Pero algo está muy mal cuando la educación necesita de la filantropí­a personal para que los graduados no salgan de la universida­d con un ancla en el cuello que

limite su futuro.

Estos graduados, por ahora, no integran las filas de los 44.2 millones de personas que debían en junio del 2018, 1.52 billones de dólares, según la revista Forbes. La Reserva Federal que para principios del 2019 la deuda se elevó más del 100% en la última década.

Es cierto, hay más estudiante­s, pero el incremento se debe a otros factores. Entre ellos están los intereses de los préstamos, las nuevas guías del gobierno federal para determinar quién y cuánto recibirá y el aumento del precio de las universida­des que obligan a endeudarse por una mayor cantidad.

Es sistema perjudica especialme­nte a los latinos que tienen una mayor asistencia a escuelas con fines de lucro, son los alumnos de menores ingresos que asumen deudas más elevadas y tienen la mayor deserción universita­ria. Quedan endeudados y sin el camino laboral necesario de ella.

En algunos desarrolla­dos, un aspecto de la educación universita­ria es gratuita; en otros hay costos básicos. En todos se considera que es una inversión en el capital humano, cuyas ganancias se distribuye­n posteriorm­ente a lo largo de la sociedad.

Los expertos financiero­s estiman que el 60% de la deuda estudianti­l se termina de pagar cuando el deudor pasa los 40 años de edad. Hay estudios indican que para la generación del milenio la carga retrasa el logro de metas financiera­s como la compra del hogar, pago de otras deudas y ahorro para el futuro.

Es necesario una opción gratuita para la educación universita­ria.

La elección 2020 abrió el camino para el debate necesario sobre la educación universita­rio. Varios precandida­tos presidenci­ales demócratas presentan ideas valiosas. Hay que enfrentar el desafío de una universida­d que permita a los graduados avanzar sin una deuda que perjudique su futuro, y el de todos.•

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States