Investigan estafas con préstamos para taxistas con ‘medallón’
Las Fiscalía General y el Alcalde indagarán las ‘prácticas depredadoras’ que llevaron a muchos conductores inmigrantes a la ruina
La fiscal general del estado, Letitia James, y el alcalde Bill de Blasio ordenaron la apertura de sendas investigaciones sobre “prácticas depredadoras” y presuntas estafas por la financiación irregular a taxistas para la compra de licencias (o medallones que es el nombre del permiso oficial para operar taxis en la ciudad) a precios exorbitantes.
La oficina de James indicó en primer lugar que había abierto una investigación sobre más de una década de prácticas de préstamos que dejaron a miles de taxistas inmigrantes arruinados por las deudas, mientras que De Blasio ordenó una investigación por separado de los prestamistas que ayudaron a organizar los préstamos.
Estas investigaciones se producen después de que el diario The New York Times publicara una investigación que revela que un puñado de líderes de la industria del taxi inflaba artificialmente el precio del denominado medallón, el codiciado permiso que permite a un conductor poseer y operar un taxi, y facturó cientos de millones de dólares a costa de la emisión de préstamos imprudentes a compradores bajos ingresos.
La investigación también encontró que los reguladores en todos los niveles del gobierno local ignoraron las señales de advertencia, y la ciudad incluso alimentó una desmesurada venta de medallones promocionándolos en anuncios como algo que era “mejor que el mercado de valores”.
El Alcalde, que justo inició su carrera en las primarias demócratas para la Presidencia, reaccionó rápidamente y emitió un comunicado en el que afirma: “Hoy ordené una investigación conjunta por parte de la Comisión de Taxis y Limusinas, el Deparaños tamento de Finanzas y el Departamento de Asuntos del Consumidor sobre las prácticas depredadoras de los corredores en la industria de los taxis”.
“Una revisión en 45 días identificará y penalizará a los prestamistas que se hayan aprovechado de compradores y engañado a las autoridades de la ciudad, y establecerá nuevas reglas estrictas que impidan las prácticas de corredores que perjudican a los conductores”, añadió De Blasio.
Desconfianza entre taxistas
Al ser consultados sobre las investigaciones de las autoridades, algunos taxistas se mostraron poco esperanzados en que eso resultará en que su situación económica mejore.
Este el caso del dominicano Billy Rivera, quien dijo con desconfianza:”Tengo muchos escuchando lo mismo”.
El chofer agregó que lo único cierto “es que te puedo asegurar que ninguna de esas medidas va a mejorar la economía, especialmente la de nosotros los taxistas. Eso no me va a liberar a mí de deudas”.
Miguel Romero, un colombiano quien ha trabajado con un taxi amarillo desde 1993, reconoció que desconoce exactamente cuáles son esas “prácticas depredadoras” detrás de la compra de licencias, porque nunca ha comprado una, pero aseguró que sí ha sabido de compañeros que lo “han perdido absolutamente todo”.
El inmigrante subrayó que detrás de estas licencias, y más en la ciudad de Nueva York en donde hace décadas esta era una garantía para “vivir tranquilo”, siempre han existido “negocios no muy claros, en donde mete mano mucha gente”. «Una revisión en 45 días identificará y penalizará a los prestamistas que se hayan aprovechado de compradores y engañado a las autoridades de la ciudad, y establecerá nuevas reglas estrictas que impidan las prácticas de corredores que perjudican a los conductores».
Cómo operaban los estafadores
Según The New York Times, más de 950 propietarios de ‘medallones’ se han declarado en quiebra. El diario, que realizó una investigación durante 10 meses y construyó una base de datos de las ventas de cada medallón desde 1995, denunció que grupo de entidades financieras ejerde cieron en el sector de los taxis en Nueva York prácticas similares a las que llevaron al estallido de la crisis financiera en 2008.
Entre 2002 y 2014, los medallones –vistos como un permiso y un activo– pasaron de valer $200,000 a $1 millón, momento en el que estalló la burbuja y comenzaron a caer sus precios, en medio de la aparición de plataformas vehículos de alquiler que usan apps, como Uber y Lyft, que supusieron una fuerte competencia.
El reportaje señala que durante más de una década entidades y empresarios habían subido artificialmente el precio de los medallones y además atrajeron a los taxistas, en su mayoría inmigrantes, a pedir préstamos con condiciones abusivas que los acabaron sumiendo en la deuda.
El año pasado, en vista de que ocho conductores se habían quitado la vida, tres de ellos propietarios de medallo