MASCULINO, FEMENINO... Y EPICENO
El sillón no es macho aunque su género es masculino, y la silla no es hembra pese a que su género es femenino.
Ya habíamos comentado antes que no hay que confundir
género, que es una categoría gramatical, con sexo, que es una categoría biológica, aunque en los seres sexuados coinciden ambos.
Pero ¿qué pasa con el avestruz? ¿Y la ardilla? Son animales que tienen ejemplares de uno y otro sexo.
Gramaticalmente, avestruz es masculino y ardilla femenino, pero si nos referimos al sexo, hay avestruz macho y avestruz hembra, al igual que ardilla macho y ardilla hembra.
Según el Diccionario de la Lengua Española, se llama epiceno al término que con un solo género gramatical puede designar seres de uno y otro sexo, tal como vimos con avestruz y ardilla. También podemos agregar muchos ejemplos de animales como pantera, elefante, víbora, lince, gorila, jirafa. El término procede del latín epicoenus, y este del griego
epíkoinos, que significa ‘común’.
El epiceno, muy común entre los animales, se da también en las plantas, que son seres vivos y que presentan plantas machos, hembras y hermafroditas. Entonces el epiceno también vale para espárrago, palmera, plátano, sauce.
Existen asimismo epicenos que hacen referencia a los seres humanos, como víctima, autoridad, persona, rehén. Yo he practicado durante muchos años el periodismo y soy periodista. Si pretendiera identificarme como periodisto, por ser varón,
estaría incurriendo en lo que los especialistas llaman hipercaracterización de género, o sea, la caracterización de una forma gramatical con más de una marca (periodista, periodisto).
Pero como ese jocoso periodisto no es sino una broma, dejemos tranquilito al epiceno: periodista para varón y para mujer.
Muchos sustantivos pueden ser epicenos o comunes, como los que indicamos en referencia a los seres humanos, ya que podemos decir, como ejemplifica la gramática básica de la lengua española, que ella era el único rehén o ella