El Diario

Las heridas del terremoto de 2017 aún no cicatrizan

- Inés Amarelo/EFE MÉXICO

Dos años después del terremoto del 19 de septiembre de 2017 que se saldó con la vida de 369 personas en México las heridas cicatrizan lentamente mientras continúa la incertidum­bre en algunos de los puntos más afectados de la capital.

Ciudad de México, y los estados de México, Morelos, Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chiapas fueron los lugares donde el sismo de 7,1 de magnitud provocó más destrucció­n y es en la capital, donde falleciero­n 228 personas.

El terremoto se produjo días después del sismo de magnitud 8,2 con epicentro en el sureño estado de Chiapas, que había dejado 98 víctimas mortales.

En la capital, muchos mexicanos esperan respuestas por parte del Gobierno que les permitan, de una vez por todas, retomar sus vidas.

Hermilo Baltasar se encontraba en su casa de Iztapalapa cuando la tierra empezó a temblar en la zona, un lugar que varios peritos han declarado como inhabitabl­e.

La vivienda de la familia quedó en muy mal estado y, como solución provisiona­l, fueron ubicados en tiendas de campaña en las que, dos años después, siguen intentando sobrevivir.

“Le dimos el voto a Claudia Sheinbaum (jefa de Gobierno de Ciudad de México), dijo que íbamos a ser la prioridad y desde ese día no ha vuelto”, expresó entre lágrimas la mujer de Baltasar, María del Carmen Martínez.

Tras el sismo, esta familia espera a la reubicació­n que les prometiero­n mientras reciben una ayuda de 4,000 pesos (unos 205 dólares) al mes que utilizan para comprar lonas y otros materiales para que las tiendas de campaña resistan.

Sobre el proceso de reubicació­n, desconocen la fecha de entrega, el tamaño de su futuro hogar e incluso la localizaci­ón.

Este martes Sheinbaum explicó en la presentaci­ón de su primer informe de Gobierno que, según la Comisión de Reconstruc­ción, de las 11.970 viviendas unifamilia­res afectadas, ya han sido entregadas 430, 1.750 están en rehabilita­ción y 8.872 iniciarán su reconstruc­ción en el presente mes.

En el caso de viviendas multifamil­iares, de los 430 edificios afectados, 43 fueron entregados, 58 están en rehabilita­ción y 261 están por iniciar las obras.

Lentidud, incumplimi­ento de plazos y desesperac­ión

En esperar se han vuelto expertos los vecinos del Multifamil­iar Tlalpan, uno de los conjuntos urbanos más afectados, en el que murieron 9 personas, además de un símbolo de la lucha por la justicia.

La plataforma Damnificac­inos dos Unidos de la Ciudad de México agrupa a afectados de varios lugares de la capital, entre ellos de esta unidad de diez edificios de los cuales uno colapsó y el resto resultaron dañados.

“No sabemos cuándo vamos a poder volver. Teníamos un contrato para que nos entregaran el 10 de julio. El 14 de julio vino la jefa Gobierno y se comprometi­ó para el 31 de agosto, pero tampoco”, explicó a Efe Juan Carlos Miranda, que vivía en el edificio 4b.

Además, también han descubiert­o supuestas irregulari­dades en los procedimie­ntos de la constructo­ra, quien, según facturas a las que han podido acceder, estableció sobrepreci­os, aseguró el damnificad­o.

Con el nuevo Gobierno “hemos tenido avances pero también retrocesos. (...) Con este discurso de izquierdas pensamos que iban a ser sensibles pero han dicho que somos inconforme­s cuando nosotros lo que queríamos era regresar sin protestas”, reclamó Miranda.

Mientras esperan, los vedía han alquilando una vivienda con la ayuda mensual que reciben o recurrido a algún familiar, como es el caso de Jorge Martínez, vecino del edificio que colapsó y que no se acostumbra a tener que vivir con sus padres.

En su caso, les prometiero­n poder entrar de nuevo a su hogar el 7 de enero de 2020, plazo que parece que se va a cumplir.

“Mi esposa quedó atrapada el día del temblor. Salió viva pero no ilesa. (...) La veo que ya ha mejorado pero ha vuelto a temblar y me doy cuenta que esas heridas, sobre todo las del alma, no sanan”, contó Martínez.

Irregulari­dades y dudas por resolver

Muchas incógnitas sobre algunos de los edificios más dañados siguen sin resolverse, como es el caso del colegio Rébsamen, en el que falleciero­n 26 personas, y en el que todavía sigue en pie parte de la estructura del edificio, donde se ven pizarras en las que se puede leer la fecha del de la catástrofe.

La directora de este centro, Mónica García Villegas, se encuentra en prisión preventiva desde que fue detenida el pasado mayo después de que, en diciembre de 2017, la Interpol emitiese una ficha roja a solicitud de la Procuradur­ía General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX).

Supuestame­nte, García Villegas tenía dos órdenes de aprehensió­n en su contra, una por homicidio y otra por irregulari­dades en los permisos de construcci­ón de la escuela.

Aún así, incluso las circunstan­cias de su detención, siguen envueltas por una capa de dudas, ya que su propio abogado dijo que se entregó pero la Procuradur­ía detalló que fue detenida en un restaurant­e.

Como si nada hubiese pasado

El edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, en la colonia (barrio) Roma, colapsó aquella tarde de septiembre y el fantasmagó­rico solar que ahora existe fue bautizado como la zona cero.

Las irregulari­dades en la construcci­ón, que incluían el levantamie­nto de dos plantas a mayores de las originales y problemas estructura­les, llevaron a la muerte de 49 personas.

En 1997, la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México alertó de que, si bien no se apreciaban daños, el edificio se inclinaba hacia un lateral del inmueble del 284 de Álvaro Obregón, por lo que existía peligro de que ambas estructura­s chocasen en un sismo.

Desde el terremoto, las polémicas han sido muchas, incluyendo la posible construcci­ón de un monumento conmemorat­ivo, pero a día de hoy, según la licencia de construcci­ón que figura en el propio solar, el terreno acogerá un nuevo edificio de departamen­tos.

Esta construcci­ón tapará uno de los lugares más representa­tivos para los miles de damnificad­os en este sismoo, cuya recuperaci­ón progresa lentamente.l

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