El triunfo que lo separa de los grandes boricuas
La “Pelea del Milenio” entre Félix “Tito” Trinidad y Óscar de la Hoya que ayer tuvo su vigésimo aniversario, fue histórica por múltiples razones: desde su promoción hiperbólica hasta su éxito económico.
Pero más allá de los millones ganados con la expectativa creada y de la saturación mediática que convirtió el duelo del 18 de septiembre de 1999 en el más vendido en la historia del boxeo, fuera de la división de los pesados, Trinidad vs. De la Hoya fue la primera vez que un púgil elite puertorriqueño ganó la pelea más grande e importante de toda su carrera.
“Yo creo que es la pelea más grande de todos los tiempos en el boxeo puertorriqueño. Aunque (Miguel) Cotto peleó con unos boxeadores grandes, como Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, y aunque ahora estamos en la era digital y con redes sociales, esa (Trinidad-De la Hoya) sigue siendo la más grande de todos los tiempos para Puerto Rico”, sostuvo el cronista deportivo Aleudi Rosario Cotto.
Su colega, el veterano columnista boxístico Gerardo Fernández, está de acuerdo.
“Aunque fue decepcionante por el tipo de pelea que fue, creo que sigue siendo la pelea más grande que ha tenido un boxeador puertorriqueño”, expresó Fernández.
“La pelea estaba a la par con peleas históricas, como (Tommy) Hearns versus (Sugar Ray) Leonard y (Marvin) Hagler versus Leonard, que no eran invictos. En esta ambos eran invictos, ambos eran campeones. Tito ya tenía 14 defensas de título (welter, versión FIB), Oscar tenía siete (welter del CMB) y era campeón en tres divisiones”, dijo Rosario. “Era la pelea que todos querían ver al momento”.
En el pasado, peleadores del patio habían estelarizado combates inmensos que trascendieron el boxeo, como el duelo de Wilfredo Gómez con el mexicano Salvador Sánchez y el choque entre el previamente mentado Leonard con El Radar de Carolina, Wilfred Benítez. En años recientes, el cagüeño Miguel Ángel Cotto Vázquez también alcanzó la estratósfera boxística, en particular cuando chocó con los dos mejores peleadores de su generación: Manny Pacquiao y Floyd Mayweather Jr. En ninguna de estas ganó el puertorriqueño.
Este trío de inmortales tuvo grandes triunfos, como Gómez sobre los mexicanos Carlos Zárate y Guadalupe Pintor; Cotto ante Sergio Martínez y Shane Mosley; y Benítez sobre el mejor púgil latino de todos los tiempos, Roberto Durán. El puertorriqueño pone a De la Hoya contra las cuerdas durante el pleito del 18 de septiembre de 1999.
Pero en las más grandes de sus respectivas carreras, solo Trinidad salió por la puerta ancha, derrotando por decisión mayoritaria a De la Hoya.
“Yo creo que esa se puede decir que fue mi victoria más grande porque me puso como el mejor boxeador libra por libra”, indicó Tito en una conversación reciente con El Nuevo Día.
Previo a su victoria sobre el “Golden Boy” un día como ayer hace 20 años, Trinidad era uno de los tres principales pretendientes a ese histórico y extraoficial calificativo, originalmente creado en la década de los cincuenta por la prensa neoyorquina para reconocer al inmortal Sugar Ray Robinson.
En 1999, año de la “Pelea del Milenio”, Roy Jones Jr. y De la Hoya eran los otros dos pretendientes principales a este reconocimiento.
Pernell Whitaker había sido contendiente legítimo a este reconocimiento. Pero una cerrada y controversial derrota ante De la Hoya y un abierto revés ante Trinidad a principios de ese año dejaron algo rezagado su reclamo.
“Aunque Tito no era una superestrella en el mercado estadounidense (previo a la pelea), ya se había ganado el respeto de la fanaticada. Óscar sí era la figura más grande del boxeo en ese momento. Y Tito le ganó a la figura más grande de aquel momento y por eso, para mí, sigue siendo la pelea más grande de un puertorriqueño en la historia del boxeo”, concluyó el cronista Rosario.