Qué hay detrás del trastorno obsesivo compulsivo
Conoce más sobre esta enfermedad mental y desmitifica su significado
“Soy súper OCD” o “un poco OCD” son expresiones que poco a poco se han integrado al léxico de adultos jóvenes, comúnmente para describir fijaciones por el orden o la limpieza.
Aunque el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), o por sus siglas en inglés OCD, si se asocia con estas características, es mucho más que eso. Autodiagnosticarse con OCD o TOC para describir un rasgo de personalidad es simplificar el desorden como una elección de comportamientos, en lugar de un padecimiento que resulta incapacitante.
El TOC, por ejemplo, suele centrarse en determinados temas, como un miedo a contaminarse con gérmenes. Para aliviar el miedo a contaminarse, puede que la persona se lave las manos compulsivamente hasta que estén doloridas y agrietadas. miedo”, explica el psiquiatra, “lo que no se da cuenta es que entre más realiza los rituales tratando de liberarse de su miedo, los rituales repetidos que siente la necesidad de llevar a cabo lo convierten en un rehén de su propio temor”.
Lo que inicia con un miedo “racional” puede desencadenar conductas “irracionales” una vez que una compulsión está establecida que la persona puede distinguir como absurda, pero no puede detener.
El TOC es parte de la familia de los trastornos de ansiedad, cuyas otras manifestaciones pueden ser: ataques de pánico, agorafobia, fobias hipocondríacas como hipocondría o patofobia, la duda patológica, el trastorno de angustia o el de ansiedad generalizada.
● Temor a contaminarse por tocar objetos que han tocado otros.
● Dudas sobre si se puso llave a la puerta o si se apagó la estufa.
Estrés intenso cuando los objetos no están ordenados u orientados de una determinada manera.
● Imágenes indeseadas e incómodas en las que una persona se lastima o lastima
a otros.
● Pensamientos sobre gritar obscenidades o actuar de manera inadecuada, indeseados e incómodos.
● Evasión de situaciones que pueden desencadenar obsesiones, como dar la mano.
● Angustia acera de imágenes sexuales desagradables que se repiten en la mente.