El Diario

Inmigrante­s acuden en masa a tramitar sus licencias en primer día de nueva ley

- Edwin Martínez Edwin.martinez@eldiariony.com

Oficinas del Departamen­to de Vehículos de Motor en Nueva York tuvieron largas filas de cientos de solicitant­es ante la entrada en vigor de los permisos de manejo para indocument­ados

José Martínez confiesa que hacía mucho tiempo no estaba tan emocionado de levantarse tan temprano un lunes, como ayer. Aunque el colombiano asegura que odia madrugar, esta vez había un motivo de peso que casi no le dejó que pegara el ojo en toda la noche y que en su propias palabras, lo tenía “sintiendo mariposas en el estómago”.

El padre de familia, quien vive en Nueva York hace más de 15 años, fue uno de los cientos de inmigrante­s que se plantaron desde la madrugada a las afueras de la Oficina de Vehículos de Motor de College Point, en Queens, con el fin de obtener un formulario para tramitar su licencia de conducción.

Aunque transeúnte­s despreveni­dos y conductore­s en automóvile­s llegaron a pensar que las largas filas eran producto de alguna oferta, al estilo “Black Friday” o la espera de la premier de una película famosa, se trataba del primero día de entrar en vigor la ley “Luz Verde NY”, aprobada en el verano, que luego de una lucha de 18 años concede el derecho a neoyorquin­os indocument­ados a tener licencias de conducción.

“Es una sensación de felicidad y de gozo. Esto nos cambia la vida a muchos y por eso vine tempranísi­mo a conseguir el formulario para tener mi cita antes de que se acabe este año”, confesó el emocionado aplicante.

A varios kilómetros de distancia, en la sede del Departamen­to de Vehículos de Motor de la Calle 31, en Manhattan, se vivió un panorama similar. Allí, en el segundo piso, donde funciona la oficina, acudieron inmigrante­s en masa a tramitar sus permisos de manejo.

Con una enorme sonrisa en el rostro, y acompañado por su mamá y su hermano, quienes le fueron a echar “porras”, antes del medio día salió de allí el joven Freddy Pilico, de 22 años, quien incluso alcanzó a presentar el examen por ser uno de los primeros en hade ber llegado al sitio que estaba abarrotado de gente.

“Si uno madruga le va mejor”, dijo el ecuatorian­o, quien llegó a Nueva York siendo un niño cuando tenía 11 años, y quien describió ayer lunes como un día para celebrar. “Esto nos hace sentir que todos ya somos iguales y que podemos andar por la carretera mostrando la cara. Estoy muy feliz”, comentó el muchacho.

“Años soñando con este día”

Y aunque Gerardo Bonilla no tuvo tanta suerte como Pilico, porque no madrugó tanto, el hondureño se declaró muy satisfecho de haber por lo menos obtenido la aplicación para llenar y poder pedir la cita para tramitar su permiso.

El centroamer­icano, quien llegó a la oficina de Vehículos Motor hacia las 10 de la mañana manifestó que llevaba años soñando con este día.

“Este es un gran beneficio y lo mejor es que ya no hay que estar escondiénd­ose. Uno ya puede estar más tranquilo de que no le pongan multas y otra cosa es que nos abre puertas para mejores trabael jos”, dijo el joven, al tiempo que elogió la manera diligente como los empleados de Vehículos de Motor estuvieron ayudando.

“Hay varia gente que desde que llegamos nos están informando, ayudando y respondien­do preguntas. La verdad están muy organizado­s, y eso me sorprendió mucho”, agregó el hondureño.

Yatziri Tovar, de la organizaci­ón Make the Road NY, quien acompañó a varios inmigrante­s a solicitar la licencia desde muy temprano a la oficina de Flushing, también evidenció una presencia masiva.

“Fuimos con varios miembros. y a las 9 de la mañana que llegamos, cuando esa oficina abre, estaba la línea larguísima ya con más de 100 personas. Algunos llegaron desde las 5 a.m. para asegurar su puesto y durante todo tiempo que estuvimos allí la línea seguía creciendo”, dijo la activista, al tiempo que destacó el buen trabajo de la oficina de Vehículos de Motor.

“Ellos tuvieron a trabajador­es afuera de la oficina dando aplicacion­es para que la gente pudiera tenerlas listas para que cuando entraran ya fuera más rápido la presentaci­ón de los papeles”, agregó la líder comunitari­a, quien no ocultó su emoción y destacó que ayer será un día imborrable.

“Es positivo ver a tanta gente en las líneas. Nos da tanto gusto ver que la lucha de tantos años está impactando las vidas de muchos neoyorquin­os. Esas líneas son el mejor testamento de que esto era necesario y que este es un día histórico del que muchos se van a acordar, porque las licencias ya son para todos y demostramo­s que tras nuestra intensa lucha de 18 años,

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