Amenaza de huelga
La nueva campaña de huelgas del personal de cabina de la aerolínea alemana Lufthansa empezará el próximo día 30 en su filial Germanwings, anunciaron fuentes del sindicato del sector UFO.
productores en el extranjero, eso es un segundo disparo en el pie a las empresas.
Algunas corporaciones americanas están absorbiendo los aumentos de precios, rebajando sus beneficios, y otras empresas –sobre todo el comercio– están ajustando continuamente su política de compras. Para las pequeñas y medianas, el ajuste está siendo más difícil y caro.
La incertidumbre sobre la estabilidad de los precios dificulta la gestión de los inventarios y de producción por lo que hay muchas decisiones que se posponen, entre ellas, la contratación de personal o la inversión en nueva maquinaria fabril por parte de productores en todo el mundo.
Eso es algo que se está reflejando sobre todo en dos sectores: el agrícola y el industrial.
Los índices que miden la actividad manufacturera y las expectativas muestran que este área de producción, que equivale a un quinto del PIB, está en contracción que algunos economistas califican de ligera recesión.
En el campo, el efecto está siendo duro porque China, como represalia, ha reducido sus compras a EEUU de
soja y maíz. Productores de, Argentina y Brasil, son los que están proveyendo estas mercancías al gigante asiático. En los informes sobre comercio del economista Mark Zandy para Moody’s se recuerda que los mercados perdidos por un conflicto comercial son difíciles de recuperar.
Para contrarrestar el daño que esto está haciendo en el campo el Gobierno conservador de EEUU ha puesdo,
to en marcha un paquete de ayudas a los agricultores que según la agencia Bloomberg ya suma $28 billion, “el doble de lo que comprometió el Gobierno para ayudar a la industria automotriz de Detroit en 2009, que costó a los contribuyentes $12,000 millones”.
Puede que no sean los últimos millones porque a pesar de que en la llamada Fase I del acuerdo con China, recientemente alcanzade se contempla que suban las ventas agrícolas, los agricultores anticipan o esperan más ayudas.
Está previsto que los agricultores acaben el año con unos ingresos de $88,000 millones. Es una cifra de las más altas de la última década pero es clave saber el 40% de esos ingresos son el producto de la asistencia del Estado.
Y nada de ello está impidiendo que este año, y con datos hasta el mes de octubre, las bancarrotas en la agricultura hayan aumentado un 24%.
El costo de la confrontación no solo lo pagan los estadounidenses como consumidores y como contribuyentes, sino también los productores, la productividad de la economía y la estabilidad macroeconómica global.
El año se cierra con inciertos pasos hacia adelante y algunos hacia atrás que no mitigan los riesgos y el daño que ya está presente en la economía.
El presidente Trump ha amenazado a Argentina y Brasil con penalizar con aranceles sus exportaciones de acero aduciendo que estos países están perjudicando a los agricultores americanos.
Además se está valorando elevar al 100% aranceles a productos europeos como whiskey escocés, el aceite de oliva español, pescado portugués y quesos franceses como sanciones adicionales en represalias por las subvenciones que la OMC ha decretado que son ilegales.
El conflicto con China está en fase de negociación y a mediados de diciembre antes que entraran en vigor la ronda definitiva de aranceles a productos que se venden directamente a los consumidores se llegó a una primera aproximación de acuerdo llamada Fase I. Se trata de una solución modesta a los problemas que llevaron a Trump a plantear la guerra comercial que era básicamente el déficit comercial (China vende a EEUU mucho más de lo que le compra), el robo de tecnología por parte de China y el cierre de muchos mercados a la inversión extranjera además de los subsidios estatales a su economía.
En la Fase I, que está previsto se firme en enero, el gobierno de Beijing se compromete a comprar más productos agrícolas y abre el mercado a la banca y servicios financieros. El Alto Representante de Comercio de EEUU, Robert Lighthizer, dijo a la CBS dos días después de anunciarlo que se duplicarán las ventas del país a China en dos años.
Los problemas con la propiedad intelectual está por ver cómo se van resolviendo. Cambiar de un plumazo la economía del gigante asiático es una tarea difícil.
El hecho de que los últimos aranceles por imponer no se hayan convertido en realidad y se planee reducir otros no sabe tanto a victoria como a alivio por no llevar más lejos el problema.
Washington y Beijing se han comprometido a llegar a una Fase II que no está definida pero que podría no llegar antes de las elecciones. Mientras tanto el potencial económico de economías en desarrollo sigue encallado.l
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