Merengue amargado
La Real Sociedad hace estallar su dinamita y elimina al Real Madrid
La Real Sociedad dio una exhibición de estilo en el Santiago Bernabéu, en la máxima expresión de la apuesta futbolística de Imanol Alguacil, para dinamitar la Copa del Rey de las sorpresas eliminando a un Real Madrid que regresó al pasado, vulnerable en una competición maldita para Zinedine Zidane.
La Real Sociedad dejó un recital para el recuerdo para lograr su pase a semifinales tras desenchufar al equipo en mejor forma, un Real Madrid que cortó con estrépito su racha de 21 partidos sin perder.
A los 22 minutos, Odegaard recogía un rechace de Alphonse Areola a disparo seco de Isak y encontraba el espacio entre las piernas de Militao y el portero para adelantar a la Real Sociedad.
La reacción madridista exhibió más orgullo que fútbol. James aparecía para enganchar un zurdazo al que volaba Remiro, pero le faltó trabajo defensivo para un Real Madrid que se descosía.
En las botas de Isak estuvo la eliminatoria. Y perdonó hasta tres claras antes de afinar puntería y ser el gran protagonista.
En la segunda mitad, el VAR anulaba un tanto de Isak tras un pase de Odegaard. El aviso de la sentencia debía despertar a un Real Madrid sin rumbo, pero nada más lejos de la realidad.
Barrenetxea se marchó con facilidad y puso el balón a Isak, libre de marca, a la espalda de Ramos y con Marcelon llegando tarde.
El encuentro más brillante de la carrera de Isak lo engrandeció firmando su séptimo tanto en el torneo con un disparo seco arriba, a la escuadra de Areola que no creía lo que veía. Era el minuto 56 y un Real Madrid que venía de exhibir firmeza defensiva, encajando siete goles en diez partidos, recibiría cuatro de golpe cuando el duelo se desató.
Marcelo maquillaba su noche negra con un zurdazo a la red que resucitaba al Bernabéu, pero lo que daba en ataque lo tiraba por tierra en defensa. Mala salida de balón y tarde ante Isak que regalaba el cuarto a Mikel Merino. El golpe era un directo que suele tumbar a cualquier equipo, pero al Real Madrid no hay que darle por muerto hasta el último segundo.
Zidane tardó mucho en hacer los cambios, ya sin nada que perder. Cuando los hizo, Rodrygo y Jovic encerraron a un rival que ya se contentó a defender. Fue un error porque Real Madrid encadenó llegadas. A Vinicius le anulaban un tanto, pero regalaba otro a Rodrygo y en el tiempo añadido Nacho de cabeza ponía máxima emoción a los tres minutos extra.