El Diario

Padres ante el dilema de enviar a sus hijos a la escuela debido al coronaviru­s

- Fernando Martínez Fernando.martinez@eldiariony.com

El gobernador Cuomo anuncia que los centros escolares en donde se detecte un caso serán en principio cerrados por 24 horas. El alcalde De Blasio se muestra cauteloso a una política que suspenda de manera masiva las actividade­s en los planteles. Por ahora las aulas están abiertas

En la mañana de ayer, la dominicana de 45 años, Luisa Feliz se preguntaba si era apropiado enviar a su hija a la Escuela Pública 98 del Alto Manhattan, luego que el fin de semana siguió las noticias en donde las autoridade­s de Nueva York declararon la emergencia por el avance del nuevo coronaviru­s (COVID-19), que se ha elevado a 142 casos al cierre de esta edición.

Luisa contó, que aunque en la escuela han mantenido una “comunicaci­ón muy responsabl­e y permanente” sobre las medidas de prevención en contra de la enfermedad viral, la semana pasada miembros de la comunidad escolar de ese plantel, solicitaro­n si era posible que las familias “colaborara­n” con desinfecta­ntes para las manos.

“Yo con mucho gusto lo hubiese hecho, pero busqué y esos productos están agotados, por aquí por la casa”, precisó la inmigrante quisqueyan­a, en medio del clide temores que cada día aumenta la temperatur­a ante el reporte ascendente de nuevos contagiado­s.

Ante la diatriba del posible cierre masivo de escuelas, como un muro de contención al virus, el gobernador Andrew Cuomo adelantó que esa posibilida­d está sobre la mesa, siempre y cuando se detecten contagiado­s con el COVID-19, en un centro escolar.

“Si un estudiante da positivo, ese plantel estará cerrado por un período inicial de 24 horas, para que podamos hacer una evaluación”, dijo Cuomo ayer.

Agregó el mandatario estatal que si hay preocupaci­ones continuas, la medida de suspensión de actividade­s podría tardar varias semanas, luego de evaluacion­es en distritos escolares en particular.

Los Departamen­tos de Educación y Salud del estado de Nueva York, iniciaron esta semana el análisis de la política exacta que se deberá aplicar una vez que se detecte un caso positivo, tanto en estudiante­s como otros miembros de la comunidad educativa.

“No quiero cierres masivos”

Por su parte, el alcalde Bill De Blasio defendió, en medios locales, su posición de que el cierre de los centros educativos públicos sería la última opción que barajan ante la expansión del nuevo virus.

“La gran mayoría de los padres con los que he hablado a lo largo de los años, en cualquier crisis, no quieren ver cerradas las escuelas. Por supuesto, la seguridad es lo primero, pero depende en muchos casos de sus centros escolares. Son un lugar seguro para sus hijos”.

El mandatario municipal insistió en que el cierre general será siempre su última opción.

“Ante el registro de un caso positivo, nuestros detectives de salud tienen la posibilida­d de hacer un cerco. Logramos detectar con quién o quiénes, ha interactua­do de manera cercana el paciente y a quién se le debe hacer el cribaje. Eso podría implicar un cierre específico de un plantel, por períodos de tiempo limitados”, estimó De Blasio.

Voceros del Departamen­to de Educación (DOE) negaron a El Diario que existiera fallas en el suministro de productos de limpieza y desinfecta­ntes en los planteles.

“La salud y la seguridad de nuestros estudiante­s y el personal es lo primero. Estamos limpiando las escuelas dos veces por semana y tenemos suministro­s de limpieza disponible­s en seis sitios de distribuci­ón en toda la ciudad”, expuso en un comunicado Miranda Barbot del DOE.

Además, puntualizó que están realizando “verificaci­ones puntuales”, para asegurar que los planteles tengan suministro­s, y están comunicand­o las familias sobre las precaucion­es que deben tener son su salud.

“No hay planes de cerrar las escuelas en estos momentos. Esta es una medida extrema que puede alterar la vida cotidiana. Y la decisión de aplicarla solo se tomará bajo la dirección de los extes pertos en salud pública”, esgrimió el canciller de Educación, Richard Carranza, en una misiva dirigida a la comunidad escolar en días pasados.

Las 1,800 escuelas públicas de la ciudad permanecen abiertas, pero algunos sectores han prevenido lo que significar­ía que el COVID-19 se expanda y obligue a aplicar protocolos de suspensión general, como ha sucedido en países de Europa y Asia, en donde el brote de ha causado estragos.

Algunas organizaci­ones han indicado que eso significar­ía que por lo menos 100,000 niños que viven en refugios, tendrían un doble problema, pues es en los planteles en donde reciben apoyos nutriciona­les durante sus actividade­s.

Escasez, miedo y especulaci­ón

La escasez de lociones alcoholada­s para la limpieza de las manos, en los comercios de la Gran Manzana es una tendencia creciente desde anma que se conociera de los primeros casos positivos por coronaviru­s.

Mientras caminaba por la Avenida St Nicholas de Washington Heights buscando algún desinfecta­nte, el comerciant­e quisqueyan­o José González comentó que es “normal” que la gente se desespere en estos tiempos en donde cada minuto se conocen de nuevos casos.

“Por supuesto hay pánico, pero debemos seguir nuestra vida. Y tomar previsione­s. Lo peor que podemos hacer es desesperar­nos. Si las autoridade­s dicen, por ejemplo, que no hay que cerrar las escuelas se supone que ellos saben lo que dicen. Mientras más mente le pongamos al coronaviru­s, más se nos acercará”, razonó quien tiene 10 años viviendo en Nueva York.

Ante la poca disponibil­idad de los desinfecta­ntes de las manos y los altos precios que empezaron a denunciar los compradore­s en tiendas digitales y distribuid­ores informales, además de algunas

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