Ni la NASA se salva
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, anunció ayer el primer caso del coronavirus detectado en la agencia aeroespacial, que ha obligado a restringir el acceso y ordenar el teletrabajo en uno de sus centros en Silicon Valley (California).
Desde el 1 de abril de 2014 los trabajadores en la ciudad de Nueva York tienen días pagados por enfermedad propia o de un dependiente o familiar. La ley cubre a empleados a tiempo completo, a tiempo parcial a los que están en trabajos transicionales y los empleados que viven fuera de Nueva York cuando trabajan más de 80 horas al año en la ciudad.
El tiempo máximo que se puede tomar por salud y aún cobrar un sueldo, que en muchos hogares es absolutamente básico, es 40 horas de trabajo depende del tiempo que se haya trabajado. Esas horas de empleo cubren menos del periodo de cuarentena que se está imponiendo cuando hay casos de coronavirus o COVID-19.
Esa licencia neoyorquina incluye a personas que trabajan por horas en restaurantes, supermercados, barberías, salones, etcétera. Todos ellos tienen una constante exposición al público y es el ámbito privado pero también el público el que hay que tener en cuenta en estos casos. Y eso es todo un reto para los empleados y los empleadores en un momento en el que las infecciones por coronavirus no dejan de crecer y muchos eventos en todo el país han sido cancelados.
La NYC Hospitality Alliance, la asociación que une a empresarios del sector de los restaurantes y bares de Nueva York, puso en circulación hace días una serie de consejos de la firma de abogados Fox Rothschild que animaba a los empleadores a anticipar ausencias y preparar planes para operar con menos personas. “Revise su política de recursos humanos para asegurar la fexibilidad y el cumplimento de las leyes y las recomendaciones de salud pública”, piden
«Pedimos a los neoyorquinos que se sientan enfermos que usen sus días de enfermedad».