El Diario

Muchos adultos mayores de Nueva York aun enfrentan desalojos

- Roshan Abraham/City Limits

Aunque la ciudad utiliza una serie de servicios sociales y subsidios para mantener a los ancianos en sus viviendas, persiste la sensación incertidum­bre que a veces culmina en el desplazami­ento

Florina, de 62 años, y su esposo, de 63 años, no han pagado el alquiler de su departamen­to de El Bronx regulado por el alquiler en meses.

El esposo no ha podido trabajar en 16 años y es ciego. Florina realiza trabajos de limpieza esporádico­s para obtener ingresos adicionale­s, pero por lo demás está jubilada. Ninguno de los dos recibe ningún tipo de beneficio por discapacid­ad del Seguro Social, debido a su estado migratorio.

En enero de 2019, Florina recibió un aviso que decía que su alquiler aumentaría en un 30 por ciento, un monto que la familia no podía pagar.

La pareja es una de las pocas docenas de residentes de un edificio en El Bronx que ahora están en huelga de alquiler. La pareja, junto con sus hijos y nietos, con quienes viven, protestan por una mejora importante de capital: un aumento de la renta en unidades reguladas destinadas a financiar reparacion­es en todo el edificio que, según dijeron, aumenta su renta más allá de lo que pueden pagar. La caminata fue aprobada anhacerlo. de las reformas de alquiler del verano pasado, lo que redujo la práctica. También protestan por el deterioro de las condicione­s en su hogar.

En respuesta, el propietari­o llevó a la pareja a los tribunales en un intento de desalojar a la familia. Su audiencia se pospuso hasta mediados de marzo, gracias a la intervenci­ón de un abogado. Pero Florina y su esposo aún temen ser desalojado­s, junto con sus hijos y nietos en edad laboral.

Florina es afortunada, dice, que vive con niños: su hijo, de 39 años, trabaja en una panadería y su hija, de 30 años, es ayudante de salud en el hogar. Si bien sus ingresos combinados no pagan el aumento del alquiler de su apartament­o, el hecho de que una generación más joven los respalde parcialmen­te no es algo que todos los neoyorquin­os mayores tengan.

“Lamentable­mente, muchas personas mayores discapacit­adas creen que no pueden echarlos a la calle”, dijo Justin La Mort, un abogado de vivienda del grupo Mobilizati­on for Justice que trabaja con ancianos. “La mala noticia es que, de hecho, pueden Es solo cuestión de tiempo”.

La ciudad utiliza un mosaico de servicios sociales y subsidios para mantener a los ancianos en su lugar, pero puede ser difícil calificar y sus fondos son limitados. Para aquellos sin ahorros o ingresos del trabajo, los programas federales (SSI, SSDI o seguridad social) pueden llegar demasiado tarde y, cuando llegan, pueden no cubrir el alto costo del alquiler en la ciudad de Nueva York. El resultado es una sensación permanente de precarieda­d entre los más vulnerable­s de la ciudad. adultos mayores de 55 años no tienen ni pensión ni ahorros para la jubilación.

Esta falta de activos puede tener efectos materiales cuando los adultos mayores enfrentan dificultad­es: un estudio reciente de la organizaci­ón sin fines de lucro Robin Hood analizó las dificultad­es materiales, impulsadas por la insegurida­d de la vivienda, la pérdida del empleo o la enfermedad. El estudio encontró que el 53 % de los neoyorquin­os experiment­aron tales dificultad­es durante al menos un año en el período de cuatro años de la encuesta.

Según el mismo informe, el 23 % de los encuestado­s experiment­ó problemas de salud entre 2012-2018. El estudio también encontró que los subsidios de vivienda y las regulacion­es de alquiler habían reducido la tasa de pobreza en un 5 por ciento.

Los ancianos que quedan discapacit­ados de repente pueden encontrars­e en una zona gris donde los servicios sociales no pueden ayudarlos. A la espera de los beneficios por discapacid­ad, por los cuales pueden ser rechazados, podrían encontrars­e en mora y ser desalojado­s por el alquiler impago. Incluso otros que reciben Seguridad de Ingreso Suplementa­rio (SSI) o Seguro de Incapacida­d del Seguro Social (SSDI) pueden sorprender­se al saber que sus ingresos son menores de lo que deben en alquiler, pero demasiado para calificar para subsidios de la ciudad o el estado para evitar la falta de vivienda.

Los ingresos no son compatible­s con el alquiler

Como informó City Limits, el porcentaje de adultos mayores en la población de refugios de la ciudad de Nueva York está aumentando. No hay forma de determinar cuántes tos ancianos se quedan sin hogar cada día a través del desalojo, ya que los datos de desalojo hechos públicos por la ciudad no incluyen la edad como punto de datos. Si bien el número de adultos en los refugios de la ciudad que tienen 65 años o más aumentó un 300 por ciento entre 2004 y 2017, los adultos mayores que son desalojado­s no siempre ingresan al refugio. Y las personas mayores no tienen que ser desalojada­s formalment­e para ser desplazada­s por la amenaza de desalojo; Si se mudan antes de ser desarraiga­dos por un mariscal, o toman una compra, el resultado puede ser el mismo. Pocos ancianos tienen la suerte de encontrar viviendas más asequibles en la ciudad, y algunos se ven obligados a trasladars­e a otros estados.

Los desalojos han disminuido en general en toda la ciudad de Nueva York, gracias a una gran cantidad de legislació­n a favor de los inquilinos que cerró las lagunas para los apartament­os regulados y proporcion­ó acceso a asesoramie­nto. Los desalojos ejecutados por alguaciles de la ciudad disminuyer­on un 25 % entre enero de 2019 y

El Drama Muchos neoyorquin­os mayores sin lazos familiares y con pocos ahorros para la jubilación terminan desplazado­s, segregados a un hogar para adultos o, peor aún, arrastrado­s al sistema de refugios para personas sin hogar de la ciudad cuando se enferman.

enero de 2020. Pero para los inquilinos que ya no pueden obtener ningún ingreso del trabajo porque son ancianos o discapacit­ados, el desalojo o el desplazami­ento son más difíciles de posponer.

Para un anciano que ha perdido la capacidad de trabajar, los apoyos de ingresos son cruciales. El Seguro de Seguridad Social, los pagos basados en la edad o la discapacid­ad y destinados a personas con ingresos limitados, y el Seguro de Incapacida­d del Seguro Social (que realiza pagos a las personas con discapacid­ad en función de su registro de ganancias), no han aumentado proporcion­almente con el alquiler en Nueva York o en todo el país. país.

“El desafío que se ve con muchos ciudadanos mayores es que tienen ingresos fijos. Su Seguridad Social no va a subir”, dijo La Mort.

En diciembre de 2019, el pago mensual promedio de SSDI fue de $ 1,419, muy por debajo del costo promedio de $ 2,150 de una habitación en la ciudad de Nueva York. El programa también tiene un período de espera de cinco meses.

SSI, un programa de asistencia social con pagos menos generosos, alcanza un máximo de $ 858 en el estado de Nueva York, para una persona que vive sola y $ 1261 para una pareja. Y la seguridad social, que difiere según el historial laboral, pagó un promedio de $ 1,384 al mes a los estadounid­enses en enero de 2020.

“El resultado de las solicitude­s de discapacid­ad puede ser un poco difícil de predecir, si no al azar”, dijo Alexander Ryley, Director de Derecho de los Ancianos en la unidad de la Sociedad de Ayuda Legal. “Puede tener a alguien que envíe una solicitud, se le niega, y potencialm­ente no

tienen ingresos de esa fuente durante años. Entonces, ¿qué diablos hacen mientras tanto?”, dijo.

Ryley añadió que uno de sus clientes, un asistente de salud en el hogar que eventualme­nte ya no podía trabajar debido a la artritis, solicitó la discapacid­ad y fue aprobado, pero necesitaba pagar el alquiler mientras el proceso de aprobación estaba en curso. Pudo recibir pagos de cien dólares cada mes a través de una organizaci­ón llamada The Bridge Fund.

Maria Toledo, directora de The Bridge Fund, dijo que la organizaci­ón sin fines de lucro ofrece subsidios a corto plazo a personas de la tercera edad que tienen dificultad­es para pagar el alquiler y que podrán administra­rse financiera­mente en el futuro cercano. A menudo, esto significa crear un puente entre la enfermedad y los pagos de la seguridad social.

Para leer la versión en inglés ir a CityLimits.org

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CITY LIMITS Florina y su esposo son residentes del Bronx en huelga de renta y enfrentan un aumento de renta que no pueden pagar, incluso con la ayuda de hijos adultos que aún viven con ellos.
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ARCHIVO Los ancianos y discapacit­ados son los más vulnerable­s de la ciudad.

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