UNA SEMANA DE LOCURA
La semana que terminó ha sido de locura. Primero que nada, la corrupción sigue rampante. William Barr, removió a Richard Donoghue, procurador judicial del distrito Este de New York que estaba investigando a Ivanka Trump por un mal manejo de fondos en la inauguración presidencial de su padre.
Luego la administración de Trump les hizo saber a los estudiantes internacionales que si debido a la pandemia sus universidades iban a implementar el siguiente semestre en línea, debían salir del país o serían deportados. Las universidades han ya tomado cartas en el asunto con una demanda en contra de la medida y con un plan práctico, establecer una clase presencial de un solo crédito.
El viernes Trump conmutó la pena de prisión de Roger Stone, su viejo asociado, sentenciado por perjurio e intimidación de testigos, entre otros crímenes, en un proceso legal que involucraba al propio Trump, perturbador.
En una misma semana, Trump pasó de decirnos que estaba preparando una acción ejecutiva para cancelar Daca - programa instituido por Barack Obama para proteger de la deportación a los menores traídos ilegalmente por sus padres, y que Trump ya canceló en el 2017, pero la Corte Suprema mantuvo vigente en una reciente resolución basada en tecnicismos legales - a decirnos que está preparando una acción ejecutiva para otorgar la ciudadanía a los “dacamentados”.
En este tema presiento que Trump está simplemente vendiendo humo, o de darse realmente alguna reforma la estrategia
Trump
El mandatario está desesperado. Las encuestas no le favorecen.
será la misma que ha empleado, ofrecer alguna forma de legalización y luego agregar medidas adicionales para desmantelar completamente el sistema actual.
Y finalmente, después de meses de contribuir a la muerte innecesaria de miles de estadounidenses al promover que no se use la máscarilla, al fin lo vimos colocarse una. En medio de esta turbulencia se conoció además que luego del huracán María, Trump le preguntó a sus asesores si era posible “vender” Puerto Rico. Como podemos ver casi nada bajo el sol. Mas allá del hecho de que Trump está claramente desesperado porque las encuestas de la carrera presidencial no son muy alentadoras.
Mientras tanto, los Estados Unidos se acerca a 65.000 casos diarios de coronavirus, y aunque las muertes al momento han disminuido, el tema mas preocupante es que en varios estados, la capacidad funcional hospitalaria ha sido desbordada por el aumento de ingresos y podría convertirse en una catástrofe sanitaria. A pesar del notorio desastre en el manejo de la pandemia, Trump insiste en que se reabran las escuelas, aunque los especialistas aseguran que sería una receta para una tragedia.
La administración de Trump va en caída libre y si no se la detiene nos va a arrastrar a todos a las profundidades de su incapacidad.•