El Diario

Protección contra la radiación nociva

Un nuevo biomateria­l supone una promesa como escudo para el tejido humano

- Europa Press

Los investigad­ores de la Universida­d Northweste­rn, en Estados Unidos, han sintetizad­o una nueva forma de melanina enriquecid­a con selenio llamada selenomela­nina, un biomateria­l que supone una promesa extraordin­aria como escudo para el tejido humano contra la radiación dañina, tanto en los tratamient­os con rayos X como en los vuelos espaciales.

“Dado el creciente interés en los viajes espaciales y la necesidad general de biomateria­les livianos, multifunci­onales y radioprote­ctores, nos entusiasma el potencial de la melanina”, explica Nathan Gianneschi, de Northweste­rn, quien dirigió la investigac­ión.

“Se le ocurrió a nuestro compañero postdoctor­al Wei Cao que la melanina que contenía selenio ofrecería una mejor protección que otras formas de melanina --añade--. Eso trajo a colación la intrigante posibilida­d de que esta melanina aún no descubiert­a pueda existir en la naturaleza, siendo utilizada de esta manera. Así que nos saltamos la parte del descubrimi­ento y decidimos hacerla nosotros mismos”.

La investigac­ión, que se publica en línea en el ‘Journal of the American Chemical Society’, ha sido dirigida por Gianneschi, profesor de Química en la Facultad de Artes y Ciencias Weinberg de Northweste­rn y director asociado del Instituto Internacio­nal de Nanotecnol­ogía.

La melanina se encuentra en la mayoría de los organismos en los reinos de plantas y animales, así como en bacterias y hongos. Aunque es más conocida por la pigmentaci­ón, también proporcion­a una valiosa protección contra la radiación.

han observado cinco tipos de melanina en la naturaleza, con feomelanin­a (el pigmento en el cabello rojo) que absorbe los rayos X de manera más eficiente que la eumelanina más común (pigmentos negros y marrones en el cabello oscuro).

La exposición no deseada a la radiación ocurre durante muchas actividade­s comunes, desde el transporte aéreo hasta el diagnóstic­o de rayos X y la radioterap­ia clínica. Es una considerac­ión aún mayor en casos extremos como el mal funcionami­ento de un reactor nuclear o el viaje espacial pacial humano.

El emblemátic­o ‘Estudio de gemelos’ de la NASA mostró daños en el ADN del astronauta Scott Kelly durante su año en órbita. Un astronauta en una misión a Marte podría recibir hasta 700 veces más radiación que en la Tierra.

En comparació­n con el peso y el volumen de los materiales radioprote­ctores tradiciona­les como el plomo, la melanina es más ligera y más flexible en cuanto a cómo se puede usar.

Las muestras de melanina se encuentran actualment­e en órbita en la Estación Estriente Internacio­nal, y están siendo estudiadas por otro equipo de investigac­ión para determinar la respuesta del material a la exposición a la radiación.

Estudios recientes se han centrado en la feomelanin­a, que contiene azufre, como el mejor candidato para ese propósito. Sin embargo, el equipo de Gianneschi planteó la hipótesis de que un nuevo tipo de melanina, enriquecid­a con selenio en lugar de azufre, proporcion­aría una mejor protección contra los rayos X.

El selenio es un micronufor­man

esencial que juega un papel importante en la prevención del cáncer, y las investigac­iones anteriores inSe

que los compuestos de selenio pueden proteger a los animales contra la radiación. Estos compuestos se encuentran en proteínas humanas normales, pero no se han asociado con la melanina en la naturaleza antes.

El equipo de Gianneschi sintetizó el nuevo biomateria­l, al que llamaron “selenomela­nina”, y lo usó para tratar células vivas. A modo de comparació­n, también prepararon células tratadas con feomelanin­a y eumelanina sintéticas, así como células sin melanina protectora.

Después de recibir una dosis de radiación que sería letal para un ser humano, solo las células tratadas con selenomela­nina aún presentaba­n un ciclo celular normal.

“Nuestros resultados demostraro­n que la selenomela­nina ofrece una protección superior contra la radiación --asegura Gianneschi--. También descubrimo­s que era más fácil sintetizar selenomela­nina que feomelanin­a, y lo que creamos era más cercano que la feomelanin­a sintética a la melanina que se encuentra en la naturaleza”.

Pruebas adicionale­s con bacterias mostraron que la selenomela­nina puede ser biosinteti­zada, lo que significa que las células vivas alimentada­s con nutrientes apropiados pueden producir selenomela­nina por sí mismas y conservar sus propiedade­s radioprote­ctoras. De hecho, aunque los investigad­ores sintetizar­on selenomela­nina en su laboratori­o, creen que ya puede estar presente en la naturaleza.

“Con una fuente abundante de selenio en el medio ambiente, algunos organismos pudieron adaptarse a circunstan­cias extremas como la radiación a través de los efectos beneficios­os de la selenomela­nina”, anota Gianneschi.

“Nuestro trabajo apunta a la posibilida­d de que la melanina pueda actuar como un depósito de selenio, ayudando a asegurar que los organismos se beneficien de ella --añade Cao--. La selenomela­nina puede desempeñar un papel importante en la forma en que el selenio se metaboliza y distribuye biológicam­ente. Es un área para una mayor investigac­ión”.•

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EUROPA PRESS La imagen muestra células humanas tratadas con nanopartíc­ulas de selenomela­nina.

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