AMLO Y EJÉRCITO: UN ROMANCE PELIGROSO
El Ejército lo ama y él ama al Ejército. Las Fuerzas Armadas se han convertido en el mayor aliado del Gobierno de López Obrador, para beneficio de los objetivos de la 4T y para preocupación de muchos, estén de acuerdo o no con su Gobierno. No solo se trata de que el Presidente se ha apoyado cada vez más en los militares para todo lo que tenga que ver con los proyectos que le resultan entrañables, también por la profunda empatía que parecen compartir y va más allá de una mera alianza política.
El soldado es pueblo, ha dicho una y otra vez AMLO y no se equivoca. Pero el soldado es pueblo prácticamente en cualquiera otra nación del mundo.
Lo interesante es que en México el General o el Coronel también son pueblo. Nuestro país no es el único caso, pero no es usual. En el Cono Sur, en Estados Unidos o en Europa existe la tradición de que las familias de las élites envíen a algunos de sus miembros a las altas escuelas militares para que terminen ocupando las posiciones de liderazgo.
En México no es así. Quizá los altos mandos no necesariamente proceden de las filas rasas, pero tienen su origen en sectores medios populares.
Las Fuerzas Armadas comparten plenamente la visión del Presidente porque en muchos sentidos también es la suya. Un acendrado nacionalismo, una perspectiva estatista de los asuntos públicos, una obsesión por la historia patria.
En suma, para bien o para mal, el Presidente es, como no sucedía en muchos años,
México
Las Fuerzas Armadas tienen más protagonismo.
el Presidente de las fuerzas armadas: es “su Presidente”. Pero también esto funciona al revés; por primera ocasión en muchas décadas el Ejército es el actor político más importante para Palacio Nacional. Durante varios sexenios los militares fueron ignorados por el Ejecutivo. Mientras los empresarios y los banqueros, los líderes obreros o los medios de comunicación eran mimados por la clase política, los generales eran mantenidos en segunda fila.
Con López Obrador eso ha cambiado. Ni siquiera en su propio partido el Presidente se ha apoyado como lo hace con los militares. Han terminado por convertirse en su brazo derecho.
La pregunta de fondo es saber si eso es bueno o malo para México. En mi opinión, la respuesta admite dos ángulos, dependiendo del largo y del corto plazo. En lo inmediato estarán a favor todos aquellos que quisieran ver fructificados los objetivos de la 4T. Por el contrario, para los adversarios y críticos la utilización administrativa y, por qué no decirlo, política de los militares es reprochable y abusiva.
Al largo plazo la perspectiva es otra, incluso para los que deseamos el éxito de una agenda que prioriza el beneficio de los pobres. ¿Qué pasará con el protagonismo de los militares cuando López Obrador no esté en el poder? AMLO confía en ellos y en sí mismo. Pero debemos estar conscientes de los riesgos.•
probar la eficacia de los ventiladores o respiradores que se diseñaron de forma apresurada para tratar de cubrir la creciente demanda en los hospitales.
Un uso muy regulado
“Gracias a que existen modelos animales para esta infección (por el SARS-CoV-2) se va a poder avanzar más rápido en determinar la seguridad, la eficacia y viabilidad de tratamientos antivirales, anti-inflamatorios y con anticuerpos frente a la COVID-19, así como desarrollar nuevas vacunas preventivas con criterios de seguridad y eficacia”, ha corroborado la Comisión para el Estudio del Uso de Animales en Investigación Científica de la COSCE.
Desde esta Comisión han incidido en que la experimentación animal está “extraordinariamente regulada” y en que sólo se puede realizar cuando no existen medios alternativos, siempre por personal capacitado, en centros registrados y tras obtener los permisos correspondientes.
El adecuado cuidado de los animales durante el confinamiento fue una de las prioridades de todos los centros de investigación, ha destacado esta organización, que ha explicado que para asegurar ese cuidado y ajustarlo a la necesaria reducción de personal en la mayoría de los centros se limitó la cría de nuevos animales y la expansión de “linajes” especiales que no fueran esenciales o no tuvieran relación con la investigación de la COVID.
Y ha aclarado también que en algunos casos, cuando había animales destinados a experimentos que no se iban a poder realizar, y para no comprometer el cuidado de otros, sí se han tenido que sacrificar ejemplares. Por otra parte, los experimentos que