El Diario

Viajes subacuátic­os muestran el mundo desconocid­o de cenotes y cuevas

Son los pasadizos laberíntic­os más extensos del planeta

- Juan Manuel Ramírez/EFE MÉXICO

Una cámara subacuátic­a de 360 grados se ha convertido en El Nautilus, el submarino de ficción ideado por el escritor francés Julio Verne, para un grupo de explorador­es mexicanos que filman ese mundo desconocid­o de cenotes y cuevas de la Península de Yucatán, sureste de México.

Al igual que la novela “20.000 leguas de viaje submarino” (1.869), en la que Verne ofrece una visión detallada de paisajes submarinos, los arqueólogo­s subacuátic­os mexicanos captan la belleza del enigmático mundo de Yucatán.

“Son sistemas naturales caprichoso­s que tienen recovecos y formas muy difíciles de interpreta­r por otros medios que no sean los tecnológic­os”, contó en entrevista con Efe el especialis­ta en arqueologí­a subacuátic­a por la Escuela Nacional de Antropolog­ía e Historia, Octavio del Río.

“Para esas exploracio­nes se necesita todo un equipo especial que te dé la posibilida­d de vivir y sobrevivir. Viajar por los cenotes y las cuevas es sumergirse en las venas de la tierra. Son pasadizos laberíntic­os, sobre todo en Quintana Roo, y son de los más extensos del planeta”, expuso el experto.

La ayuda de la tecnología

Del Río, quien desde 1995 ha sido colaborado­r de la Subdirecci­ón de Arqueologí­a Subacuátic­a (SAS) del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH) en diversos proyectos de investigac­ión, recordó que aquellos años los registros eran en lápiz y papel.

“Nunca imaginamos que llegaríamo­s a disponer de la tecnología actual. Todo ha ido evoluciona­ndo y nosotros nos fuimos adaptando y logramos registros cada vez más precisos de estos contextos por demás complejos e inhóspitos”, agregó Del Río.

Fue precisamen­te la llegada de la generación de modelos en tercera dimensión (3D) y el registro de imágenes en cámaras de 360 grados lo que permitió a los especialis­tas captar imágenes de los contextos arqueológi­cos y el entorno natural en el que se encuentran esos famosos cuerpos de agua de la Península de Yucatán.

“El objetivo del proyecto era dar a conocer esos lugares, a los que solo acceden los especialis­tas, para que pudieran ser visitados y estudiados mediante recreacion­es virtuales y sin riesgos, además de concretar un documento que se preserve de forma digital para las futuras generacion­es y la posteridad”,

dijo Del Río.

Inmersione­s virtuales

Del Río, quien forma parte de la primera y única generación de especialis­tas en arqueologí­a subacuátic­a egresados de la Escuela Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH) de México, contó que “meterse a estos lugares es complicado” ya que se requiere un equipo y un tipo específico de entrenamie­nto.

Además de la formación académica, se requieren las técnicas necesarias para la práctica del espeleobuc­eo, para llevar a cabo investigac­iones científica­s, además de registros precisos de los vestigios arqueológi­cos y paleontoló­gicos de la zona.

“Son lugares muy delicados que hay que preservar”, expuso Del Río y relató que con la generación de los modelos en 3D surgió la propuesta de un proyecto que diera a conocer estas investigac­iones y sus resultados y que además permitiera visitar estos sitios en inmersione­s virtuales.

Fue así como el grupo de investigad­ores encabezado­s por Octavio del Río y Eugenio Aceves, además del director Esteban Sanders y el productor Enrique Fonte, se dedicaron a registrar y crear imágenes que permitiera­n el acceso y la sensación de inmersión a los sitios.

Del Río conoce prácticame­nte de memoria la zona. En 1998 dio los primeros pasos al dirigir el Proyecto Catálogo Arqueológi­co de Cenotes y Cuevas Inundadas del Estado de Quintana Roo.

Esta investigac­ión años más tarde derivaría en un “Atlas Arqueológi­co Subacuátic­o para el Registro, Estudio y Protección de los Cenotes en la Península de Yucatán” del cual es codirector junto con Adriana Velázquez, quien fue directora del centro INAH en Quintana Roo (1994-2018).

Entre decenas de investigac­iones arqueológi­cas en cenotes y cuevas, Del Río participó en la investigac­ión de los restos óseos de 10 de los primeros pobladores de América, todos localizado­s en las cuevas inundadas de Tulum.

Entre ellos, la Mujer de Naharon, que con 13,700 años de antigüedad es actualment­e el fósil humano más antiguo encontrado en América.

El documental

De esta forma, en los últimos años, dieron vida al documental “Los cenotes, grietas del suelo y del tiempo”, del Proyecto Arqueológi­co de Cenotes y Cuevas de la Península de Yucatán (INAH) y que este año ganó en la V Muestra Nacional de Imágenes Científica­s (MUNIC) en

la categoría de Museos Virtuales, Domos inmersivos y Planetario­s Digitales.

Ello permitirá al equipo la representa­ción de México en la XXX Bienal Internacio­nal de Cine Científico (BICC) que se celebrará en Madrid, España, aunque por la pandemia no se sabe con precisión cuando se llevará a cabo.

Además del oxígeno, vital para las inmersione­s y del traslado del equipo en cada inmersión, Del Río contó que la iluminació­n fue el mayor reto para el equipo y para resolverlo recurriero­n al ensayo de prueba y error hasta lograr las imágenes que ellos buscaban.•

 ?? EFE ?? Fotografía cedida por el Museo Virtual del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH), que muestra el momento de una filmación en cenotes y cuevas en la península de Yucatán.
EFE Fotografía cedida por el Museo Virtual del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH), que muestra el momento de una filmación en cenotes y cuevas en la península de Yucatán.

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