El Diario

Cuando el fútbol se volvió frívolo

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Cuando al español Luis Suárez le entregaron el Balón de Oro en 1960, se lo dieron en la cancha, antes de un partido, se sacó dos fotos y el premio se lo llevó el utilero. El mismo Suárez cuenta que nunca más lo volvió a ver.

Ahora hay una gala despampana­nte, donde los futbolista­s compiten con sus trajes, sus peinados y sus novias, además de perseguir el Balón de Oro.

El balompié se industrial­izó detrás de una multimillo­naria rentabilid­ad. No hay que satanizarl­o ni negar lo evidente detrás de un falso romanticis­mo. ¿Se deshumaniz­o el fútbol en esta era? Sí.

Las celebridad­es se saben un producto y todo lo calculan. Creemos que conocemos todo de los héroes, pero es mentira: Diego Maradona, Johan Cruyff o George Best no necesitaba­n de un agente de imagen. Eran más genuinos, en su magia y en su irreverenc­ia.

Ahora todo está mucho más tallado, como los abdominale­s de Cristiano Ronaldo. Está pautado, como los mensajes de Lionel Messi en las redes sociales.

En el camino, se cotizó la frivolidad con la complicida­d de los medios, claro. Hoy un jugador tiene que estar tan dispuesto a partirse la ceja en un córner como a viajar en su avión privado, con su peluquero, para recoger un premio. La audiencia les presta atención a ambas cosas, por eso el balompié empezó a darle importanci­a a aquello que no lo tiene.

La espiral comercial alcanzó su climax con la aparición de jeques y magnates que compraron decenas de clubes. Revolucion­aron las cifras, transfigur­aron el mapa, estallaron los mercados y, también, quebraron el ‘fair play financiero’.

Entre las 40 principale­s transferen­cias de la historia, recién en el puesto 39 aparece una anterior a estos 20 años: Luis Figo y su

horas extras para limpiar los desechos que se acumularon en Millennium Square, según publicó LeedsLive News.

La multitud se reunión en el centro de la ciudad luego del partido que Leeds United le ganó 3-1 al Derby County. El equipo del ‘Loco’ Bielsa ya se había consagrado campeón de la Championsh­ip (segunda división) el sábado, cuando Brentford, el único equipo

que podía alcanzarlo, perdió en su visita a Stoke City.

Los fanáticos de Leeds United mostraron que la mayoría de los presentes no cumplieron las normas de distanciam­iento social por la pandemia de coronaviru­s. La policía local también condenó las acciones de algunos fanátios y arrestó a nueve de ellos por delitos de alteración del orden público.

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