Estadounidenses apoyan que trabajadores sin documentos reciban el estímulo
NILC estima que aproximadamente 15.3 millones de personas en estas familias conocidas como de estatus mixto fueron excluidas del estímulo, incluidos 3.7 millones de niños y 1.7 millones de cónyuges que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes.
En el caso de Chávez-Gonzáles, sus dos hermanos perdieron el trabajo, junto con su madre, por los cierres de negocios causados por la pandemia. El padre de la joven inmigrante, quien no tenía trabajo antes de la llegada del coronavirus, enfrenta un panorama aún más incierto porque tiene una incapacidad para laborar
y está en el grupo de mayor riesgo de contagio.
La familia actualmente depende del salario de la joven, y aunque han hecho bastantes ajustes en su presupuesto han tenido que recurrir a organizaciones comunitarias para poder subsistir.
El futuro no se muestra halagüeño ya que la joven se encuentra sumida en la incertidumbre porque el Gobierno del presidente Donald Trump no ha acatado la orden para restablecer totalmente DACA, lo que la mantiene aún más “nerviosa”.
Por su parte, Christine Neumann-Ortiz, directora de Voces de la Frontera, en Wisconsin, resaltó que un gran número de indocumentados están afrontando la pandemia como “trabajadores esenciales”, desempeñando trabajos que los estadounidenses no quieren y arriesgando su salud y la de sus familias.
La situación económica de las familias de inmigrantes indocumentados los ha llevado a presentar demandas e incluso a declararse en huelga de hambre.
La semana pasada en Nueva York un grupo de más de 100 indocumentados realizó un ayuno de protesta para pedir a las autoridades estatales que aprueben un paquete de estímulos para apoyar a los trabajadores indocumentados que se han quedado fuera de las ayudas federales.•