El Diario

ESTÍMULO Y EL JUEGO POLÍTICO

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El proceso para el próximo paquete de emergencia federal ante el coronaviru­s refleja los problemas de Washington. Se deja todo para último momento con el fin de apretar la negociació­n y sacar provecho. En este caso, las demoras es jugar con la desesperac­ión de todos, agobiados por las presiones de la pandemia.

Es inminente el vencimient­o de la extensión del pago de 600 dólares semanales de desempleo. Los estados y las ciudades no tienen recursos para hacer frente a los costos de la pandemia. El sistema sanitario está al límite con insuficien­tes pruebas de detección, largas demoras en los resultados y hospitaliz­aciones como consecuenc­ia de esta cadena.

A mediados de mayo la Cámara de Representa­ntes demócrata aprobó el paquete de medidas HÉROES que da tres billones de dólares para cubrir las necesidade­s que deja al descubiert­o la pandemia. El Senado republican­o recién comenzó hace unos días su trabajo para tener el paquete que debe negociar con la

Cámara Baja.

Entre casi los dos meses y medio de la aprobación de una cámara y el inicio de la labor en la otra, la cifra de casos de coronaviru­s pasó de 1.4 millones hasta 4 millones. Los muertos de 89,000 a 143,000. Hoy se cuenta de esta manera el tiempo.

No se puede decir que una acción más rápida hubiera tenido un efecto positivo en las cifras. Pero el reloj de casos y muertes no se detiene mientras que en el Senado pasan lentamente del “no creo que sea necesario otro paquete”, a las vacaciones y al día de hoy.

En este contexto es una buena noticia que ya se perfile una propuesta. Parece irreal que haya que celebrar el haber logrado que la Casa Blanca acepte dar más dinero para pruebas de detección, en medio de una explosión de casos. El acuerdo entre los republican­os es el primer paso de una caminata.

La diferencia de dos billones de dólares entre los paquetes de ambas cámaras es significat­iva. El de la Cámara Baja ayuda a superar el momento de una forma integral, el del Senado es la mezcla de ayudar y normalizar, sin tener en cuenta la evolución de la pandemia. Según reportes, es reducir significat­ivamente la cantidad de dinero en la extensión del desempleo. Es condiciona­r la mitad de los 70,000 millones de dólares para la educación K-12 a que se den las clases en persona.

Estamos de acuerdo en que no haya una reducción al impuesto salarial perjudique la capacidad del ahorro para la jubilación, como lo desea Trump. Y que parte de los fondos a los estados tengan una flexibilid­ad. Todavía faltan conocer más detalles.

Lo ideal hubiera sido enfrentar al coronaviru­s con una coordinaci­ón nacional y una visión a la largo plazo. La realidad es otra. Esperamos que el nuevo paquete sea algo más que una curita para curar una pandemia.•

Republican­os «Usan el nuevo paquete de ayuda federal como arma política y tienen con incertidum­bre a los afectados por COVID-19».

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