Un triplete de generaciones
del Bayern se ha convertido en “un grupo de conjurados”.
De 2013 hasta ahora ha habido una renovación paulatina, más bien silenciosa. Aquel equipo giraba en torno a Franck Ribery, Arjen Robben, Bastian SchweinsteigeryPhilippLahm. Un detalle curioso que no se haya hecho ningún fichaje espectacular para compensar la salida de ninguno de ellos sino que su puesto ha sido asumido por jugadores que ya estaban en el equipo.
Serge Gnabry y Kingsley Coman fueron preparados para llenar el vacío de Ribery y Robben. Gnabry con sesión incluida al Hoffenheim para luego regresar. Joshua Kimmich ocupó el puesto de Lahm, luego el de Schweinsteiger
y ahora en la final de Lisboa otra vez el de Lahm.
Otro que hace las veces de Schweinsteiger es Thiago Alcántara, que llegó casi inmediatamente después del triplete de 2013.
De los jugadores que estuvieron en el campo contra el PSG, Alphonso Davies llegó al segundo equipo, David Alaba está en el club desde los 17 años, Niklas Süle llegó libre del Hoffenheim como alternativa a Boateng y era titular hasta que tuvo una rotura de ligamentos cruzados que lo tuvo casi la temporada completa fuera de las canchas.
Durante años, se ha estado esperando que el Bayern haga un gran movimiento en el mercado. Ahora, en parte, ha realizado uno que es la llegada de Leroy Sané para la próxima temporada. También ha llegado Aleander Nubel, un joven meta que a largo plazo debe ser una alternativa a Neuer. Así, el futuro del equipo bávaro luce brillante.
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