Cuba emprende su recuperación
Cuba inició ayer la fase de recuperación y evaluación de los daños causados por la tormenta tropical Laura, que entre el domingo y el lunes recorrió la isla de extremo a extremo sin dejar víctimas pero sí destrozos en las redes eléctricas, viviendas y cultivos.
Las predicciones iniciales estimaban que el temporal atravesaría todo el país por la mitad y pasaría sobre La Habana en un recorrido que habría provocado estragos, pero finalmente la trayectoria cambió y el centro de la tormenta se desplazó a las aguas de la costa sur hasta su salida por la punta más occidental de la isla.
Con todo el país en “fase recuperativa”, la tercera y última de las tres etapas que establece Cuba cuando pasa un ciclón, el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, pidió trabajar lo más rápido posible en el restablecimiento para evitar que los daños se sumen a las reparaciones pendientes de tormentas y huracanes anteriores.
El daño más extendido es el sufrido por el sistema eléctrico. Cientos de miles de hogares cubanos permanecían sin luz este martes, con especial incidencia en la provincia de Pinar del
Río, donde el 95% de los hogares tenía problemas con el suministro energético, según un reporte de la televisión estatal.
En varios municipios de La Habana, donde viven más de dos millones de personas, también se mantienen los apagones e interrupciones en el servicio de abasto de agua pese a que la tormenta no golpeó con fuerza a la ciudad más allá de algunas rachas de vientos fuertes y lluvias aisladas.
Los sistemas de telecomunicaciones no sufrieron daños generalizados aunque sí algunos cortes por caída de postes, árboles y cableado o por falta de suministro eléctrico en estaciones.
Brigadas de operarios ya se encuentran trabajando en todas las provincias para reparar las infraestructuras y restablecer los servicios básicos a lo largo de esta semana, de acuerdo a comunicados de la Empresa Eléctrica y del monopolio estatal de las telecomunicaciones Etecsa.
Una evaluación preliminar de las autoridades cifra en más de mil las viviendas que han padecido derrumbes parciales o totales y pérdida de cubiertas, con mayores daños en las provincias orientales de Guantánamo y Santiago, donde la tormenta Laura tocó tierra momentáneamente el domingo por la noche.
Más de 300,000 personas (casi 30,000 en La Habana) fueron evacuadas de zonas vulnerables entre el domingo y el lunes pasados, algunas a albergues estatales pero la mayoría a casas de familiares y amigos.
Otra de las prioridades en la etapa de recuperación es el acondicionamiento de las escuelas -varias quedaron dañadas por la caída de árboles-, a una semana vista del reinicio del curso en toda Cuba a excepción de La Habana, donde los rebrotes de COVID-19 obligaron hace dos semanas a restablecer duras medidas para contener la propagación de la enfermedad.
El agrícola fue otro de los sectores golpeados por el temporal, que hizo estragos en plantaciones de plátanos, yuca, boniato y maíz, así como en casas de cura de tabaco de Pinar del Río, la principal zona tabaquera de la isla.
Las instalaciones del sector turístico, muy golpeadas otras veces por el paso de tormentas y huracanes, no sufrieron en esta ocasión daños de magnitud. El Estado Mayor de la Defensa Civil llamó, en su primera reunión de coordinación de la fase recuperativa, a inspeccionar el estado de las viviendas, redes y cableado, así como a extremar las precauciones para evitar que tras las lluvias se formen criaderos de mosquitos.