Operados de cáncer de próstata pueden evitar la radioterapia
Expertos recomiendan que se siga muy de cerca la evolución del enfermo después de la cirugía
Muchos hombres operados de un cáncer de próstata localizado y localmente avanzado pueden evitar sin riesgo para su salud hacer en ese momento un tratamiento de radioterapia, según revela un estudio publicado por la revista “The Lancet”.
Un análisis de metadatos efectuado por la University College London (Reino Unido) precisa que, en caso de que vuelva el cáncer y recaiga el paciente, los especialistas pueden recurrir entonces en esa fase a la radioterapia.
Por ello, recomiendan que se siga muy de cerca la evolución del enfermo después de la cirugía, pero abogan por la inclusión de este cambio en el plan de tratamiento para evitar en lo posible los efectos adversos de la radioterapia.
Esta alternativa beneficiaría a los pacientes “cuyo cáncer está limitado a la próstata” o “solo se ha extendido a los órganos y tejidos próximos”, explica en un comunicado la responsable de este estudio, Claire Vale.
“Solo es necesario administrar radioterapia a los hombres si muestran signos tempranos de que el cáncer puede estar regresando. Las pautas y procedimientos respecto al cuidado del cáncer de próstata deben actualizarse de acuerdo con las conclusiones de este análisis”, agregó la experta.
Los autores llevaron a cabo tres ensayos en los que compararon datos de tratamientos efectuados en Francia, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá, Dinamarca e Irlanda, con el objetivo de determinar cuál es el momento óptimo para aplicar radioterapia después de la extirpación de la próstata, lo que, hasta ahora, no estaba claro.
Detectaron que la administración de “radioterapia adyuvante” inmediatamente después de la cirugía no mejoraba los resultados de los pacientes después de cinco años, en comparación con la “radioterapia de rescate temprana”, que se aplica después de un periodo de observación.
Para ambas opciones, el porcentaje de pacientes libres de progresión de enfermedad fue del 89 y el 88%, respectivamente.
“Los resultados sugieren que la radioterapia es igualmente eficaz si se administra a todos los hombres poco después de la operación o se administra más tarde a aquellos hombres que recaen”, aporta otro de los autores del estudio, Chris Parker, del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres.
El experto insiste en que existen “argumentos sólidos” que proponen ahora que la “observación debe ser la práctica habitual” después de la cirugía y que la radioterapia “debe usarse solo cuando vuelve el cáncer”.
“Las buenas noticias son que, en el futuro, muchos hombres evitarán los efectos secundarios de la radioterapia, entre los que se incluyen la pérdida de orina y el estrechamiento de la uretra”, destaca Parker.l
otros compuestos esenciales, es un gran aliado para regular los altos niveles de glucosa en la sangre.
Es tambien un buen aliado para mejorar el funcionamiento digestivo y combatir las principales afecciones estomacales, como la acidez, agruras, colitis, distensión abdominal y otros.
Por su parte el tamarindo no se queda atrás y se relaciona con grandes propiedades laxantes, diuréticas, astringentes, antipiréticas y antisépticas.
¿Cómo preparar el jugo?
Ingredientes:
5 pulgadas de raíz de cúrcuma (12 cm)
5 vainas de tamarindo 2 tazas de agua (500 ml) 2 limones (jugo) 2 cucharadas de miel Frasco de vidrio con tapa hermética.
Preparación:
El primer paso es pelar la raíz de cúrcuma, ten cuidado al hacerlo ya que se destaca por su alta coloración amarilla. Si lo prefieres utiliza guantes y una tabla especial.
Abre las vainas de tamarindo y retira la cáscara y raíces internas.
Vierte abundante agua en una cacerola grande y permite su ebullición. Al primer hervor agrega la cúrcuma pelada y hierve hasta que esté blandita. En otra olla con poca agua hirviendo coloca los tamarindos pelados y permite su cocción hasta que se ablanden y se vayan liberando los huesitos.
En el vaso de la licuadora agrega la raíz de cúrcuma con un poco del agua de cocción y procesa hasta obtener un jugo algo espeso.
Cuela el tamarindo y machácalo hasta obtener una especie de mermelada. Agrega este triturado al jugo de cúrcuma, exprime el jugo de los limones y endulza con miel. Coloca la mezcla en un frasco de vidrio con tapa hermética. Almacena en refrigeración hasta por 4 días.