Rechazo en las iglesias
Las áreas afectadas en la ciudad son en gran parte bastiones de familias judías ortodoxos y algunos miembros de esas comunidades se han quejado y elevado fuertes protestas por haber sido señalados como responsables del alza de los contagios.
Agudath Israel of America, una organización de enlace con la comunidad jasídica, criticó el límite de reuniones de 10 personas en las zonas rojas, argumentando que “las prácticas religiosas estaban siendo atacadas”.
La ira no se limitó a la comunidad judía ortodoxa. La Diócesis Católica de Brooklyn, que tiene 1.5 millones de feligreses y 210 iglesias en Brooklyn y Queens, en un comunicado calificó como
“indignante” la medida. El obispo Nicholas DiMarzio de Brooklyn explicó que se opone a que se reduzca aún más la capacidad de sus templos, porque los practicantes católicos se han adherido estrictamente a los protocolos COVID-19.
“Es inaceptable que luego de incurrir en un gran gasto para implementar todos los protocolos de seguridad, nuestras parroquias se vean obligadas a reducir la capacidad a un máximo de 10 personas en la zona roja y 25 personas en la zona naranja. Un rango de capacidad de 10 a 25 personas es una falta de respeto a los católicos y al clero, quienes han seguido las reglas”, puntualizó.