El Diario

Renuevan Museo del Exilio

- Juan Carlos Molina REFORMA

Quienes han tenido la oportunida­d de presenciar este espectácul­o de la naturaleza coinciden: las auroras no se olvidan fácilmente. Y es que en el cielo aparecen fulgurante­s tonos de verde, azul, amarillo y violeta que -invariable­mente- conmueven al espectador dejándolo sin aliento.

El fenómeno de las auroras polares sucede cuando partículas cargadas que proceden del Sol son guiadas por el campo magnético de la Tierra e inciden en la atmósfera cerca de los polos. Cuando el evento se produce en el hemisferio norte se trata de una aurora boreal y si acontece en el sur se le llama aurora austral.

El avistamien­to no siempre es sencillo. Un viaje de este tipo requiere de preparació­n, un poco de paciencia, un mucho de suerte y una noche despejada que permita la observació­n; pero todo esfuerzo se verá recompensa­do cuando inicie el espectácul­o, tan natural como prodigioso.

La temporada para admirar estas maravillas en el hemisferio norte suele ocurrir entre el último cuatrimest­re del año y el primer trimestre del siguiente.

Hay regiones como la Laponia finlandesa, el punto más septentrio­nal de este país europeo, que tienen la fortuna de contar con destinos desde donde se observa este fenómeno hasta 200 noches al año.

Y en el norte de Noruega, por ejemplo, la experienci­a de ver auroras se puede maridar con otras actividade­s como senderismo o pesca.

Uno de los destinos perfectos es la ciudad de Tromsø, cuyo centro está rodeado por montañas y fiordos. Pero otros lugares, como la isla de Senja, también proveen los fondos ideales para apreciar los colores que cobran vida en el cielo.

En América también hay alternativ­as para testificar este suceso. Una gran opción es Fairbanks, Alaska, donde se ofrecen recorridos que pueden incluir visitas a cabañas especiales con calefacció­n, viajes a bordo de un vehículo snowcat y hasta vuelos especiales. Quienes hayan apreciado este fenómeno pueden recoger un certificad­o especial en el Morris Thompson Cultural and Visitors Center.

Y en Canadá se puede vivir la experienci­a en destinos como Churchill, al norte de Manitoba, en Yukón, en Yellowknif­e. En esta última ciudad y sus alrededore­s hay todo un menú de oportunida­des, entre ellas ver las auroras en el lago Great Slave, reservar un tipi en Aurora Village

El Museo del Exilio, en Berlín, ha emprendido un proyecto de renovación para seguir conmemoran­do las miles de historias de aquellos alemanes que se vieron forzados a emigrar a partir de 1933, y también con una mirada exhaustiva a la problemáti­ca actual de la migración.

La firma danesa Dorte Mandrup se inspiró en la histórica o gozar de la vista desde el jacuzzi de un hotel.

Para trotamundo­s fotógrafos, la travesía es perfecta para hacer fotos memorables. Los que no son expertos, quizá prefieran gozar del momento y guardar la mágica danza en sus

recuerdos.

Existen aplicacion­es para dispositiv­os móviles que se actualizan constantem­ente y que estiman la probabilid­ad de ver auroras boreales en un determinad­o lugar, día y hora. Por ejemplo, Noruega tiene la NorwayLigh­ts, que está disponible para los sistemas operativos Android y iOS. estación de tren Anhalter Bahnhof, por la que un sinfín de personas tuvieron que huir al extranjero, y que cesó sus servicios cuando la Ciudad fue dividida por el Muro en 1961.

El proyecto estará listo en el 2025 y ahí los visitantes podrán admirar las ruinas de la entrada de la estación, exposicion­es temporales y permanente­s y biografías de ciudadanos que abandonaro­n su hogar debido al régimen nazi o a la Segunda Guerra Mundial.

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YELLOwKNIF­E, TERRITORIO­s DEL NOROEsTE, CANADÁ
FAIRBANKs, ALAsKA, EU
FOTOS:REFORMA ARCTIC sNOwHOTEL & GLAss IGLOOs, LAPONIA FINLANDEsA YELLOwKNIF­E, TERRITORIO­s DEL NOROEsTE, CANADÁ FAIRBANKs, ALAsKA, EU

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