La selección engañosa
Tras más de 20 partidos de preparación de cara a la eliminatoria mundialista en la era de Lionel Scaloni, todavía es difícil saber a qué juega la albiceleste
Hay resultados que engañan. Uno es intrascendente y dos o tres son casualidad, pero varios distorsionan el análisis. Algunos resultados no explican ni esconden el déficit de funcionamiento. Precisamente lo que le ocurre a la selección argentina hace tiempo, demasiado tiempo.
En los últimos 25 años, ningún entrenador dispuso de tantos partidos como Lionel Scaloni para preparar a Argentina en la antesala de una eliminatoria mundialista. Encadenó 21 juegos, como técnico interino o confirmado, en juegos amistosos y oficiales, detrás del derrumbe en la Copa de Rusia.
Un inusual período de pruebas que no consiguió sembrar certezas.
Ni el tercer puesto en la Copa América fue tan alentador como se lo describió, ni el 4-0 contra México reflejó la realidad de aquel partido. Tampoco una victoria sobre Marruecos cuando se agotaba el tiempo, ni el empate con Alemania en Dortmund se afirmó en argumentos confiables. Ni la agónica igualdad que rescató Argentina con Uruguay en el cierre del año pasado, ni este opaco triunfo ante Ecuador en la apertura del camino a Qatar 2022.
Ni la propuesta ni los intérpretes están bien definidos y la sensación de plan experimental se extiende mucho más de lo aconsejable. Parece que las eliminatorias también serán un tubo de ensayo.
La selección insinúa, decepciona y reacciona porque algunas piezas demuestran carácter y rebeldía. Su identidad intenta abrirse paso entre revisiones y contradicciones.
Scaloni ha podido trabajar, como corresponde, con toda tranquilidad. Arropado por quienes realmente importa que lo respalden: Claudio Tapia, el presidente de la AFA (“Scaloni es lo mejor que le podía pasar a la selección”, exclamó hace diez días); César Luis Menotti, el manager (“Yo le pedí a
Tapia que lo deje a Scaloni”, el 2 de mayo de 2020); Lionel Messi, el capitán (“Nos da mucha tranquilidad que Scaloni siga con nosotros”, después de la Copa América de Brasil) y los jugadores del ala renovadora.
Lo cierto es que ni esa atmósfera sin turbulencias, ideal para consolidar un plan, le ha permitido a Scaloni darle vigor y profundidad a las raíces. Hace tiempo que definió un grupo, pero pasa el tiempo y no encuentra un equipo.
Argentina es sinuosa, porque genera peligro y desconcierta. Hay un eje rector: varias veces gana (66,6% de eficacia, con 13 triunfos, 5