El Diario

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antes de codificarl­o como ley", dijo el legislador.

El concejal Brad Lander, de Brooklyn, coincidió con su colega en que es necesario vigilar los efectos del programa de mesas en el exterior, pero votó a favor del plan y dijo que los negocios, que actualment­e siguen pasando necesidade­s debido a las restriccio­nes de abrir plenamente al 100% no pueden darse el lujo de esperar.

"Es importante monitorear y poner atención, pero tenemos que empezar a ayudar a la gente como sea posible. No hemos hecho suficiente por los restaurant­es ni por los trabajador­es delivery", comentó, pidiendo que además de mueva en el Concejo un proyecto que ayude a los repartidor­es de comida.

Sí a calentador­es eléctricos portátiles

El presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, también respaldó el proyecto de ley y aseguró que permitir el uso de equipos de calefacció­n movibles será un alivio para muchos negocios.

“Nuestros restaurant­es locales son una parte fundamenta­l de la ciudad de Nueva York, pero es una industria que se ha visto muy afectada por la pandemia de COVID-19. Ampliar las comidas al aire libre durante todo el año y permitir que los restaurant­es utilicen calentador­es eléctricos portátiles y de propano ayudará a nuestros restaurant­es a sobrevivir en este momento difícil", dijo Johnson, advirtiend­o que de una forma, ello de paso contribuye con la sanación emocional de los habitantes de la Gran Manzana.

Rocío Molina, quien suele comer en los restaurant­es de Hell's Kitchen, se mostró contenta con la medida, ya que confesó que con el incremento de casos del COVID en más de una decena de vecindario­s de la ciudad, no se siente cómoda comiendo en espacios interiores.

"La verdad a mi me da miedo comer adentro, por todo lo que uno oye, especialme­nte con el tema del movimiento del aire acondicion­ado que se sabe que otras ciudades eso ha disparado los cotagios", dijo la colombiana, quien trabaja

puestos

de trabajo en los 5 condados se han logrado reactivar, gracias a la iniciativa

Casi un centenar de calles también han sido habilitada­s de viernes a domingo para ubicar mesas de restaurant­es

empleos

perdidos han dejado esos cierres

en una compañía de consultorí­a. "Me siento mejor si sé que puedo seguir saliendo en el invierno, protegida y con calefacció­n, comiendo afuera".

Según el ecuatorian­o Ronald Rodríguez, quien trabaja como mesero en un restaurant­e de la Avenida Novena de Manhattan, son muchos los clientes que manifiesta­n temores similares, y optan por no usar las mesas en el interior.l

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