El Diario

LA VACUNA: LA NO TAN DULCE ESPERA

-

El lunes, la farmacéuti­ca Johnson & Johnson anunció que suspendía el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19 porque uno de los sujetos a sus pruebas había enfermado y necesitaba­n aclarar la razón. La gigantesca corporació­n simplement­e actuó como normalment­e hacen empresas similares. Se someten a las opiniones de los científico­s.

Y lo hacen por una simple razón: porque para que su negocio siga siendo tan enormement­e lucrativo como hasta ahora, la confianza del público es de la mayor importanci­a.

Y no es que le sobre. En las encuestas, las farmacéuti­cas son los más impopulare­s en el país, solo superados por el gobierno federal en la antipatía generaliza­da.

En estos días entonces, y faltando 20 días para las elecciones, tiene lugar en Washington un duelo. La administra­ción del presidente Trump, para salvarse de una derrota en las urnas, apela a cualquier recurso.

Trump quiere anunciar que “él” ha desarrolla­do una vacuna contra el coronaviru­s antes del 3 de noviembre, para así granjearse el apoyo de millones de votantes que de otra manera consideran su manejo de la guerra contra la pandemia como un abyecto fracaso.

Aunque sea demasiado prematuro.

Para ello, Trump presiona a cualquier empresa abocada al desarrollo de la vacuna para que declare en las próximas dos semanas la existencia y disponibil­idad de una supuesta vacuna aunque no se cumplan los requerimie­ntos científico­s. Aunque la vacuna así promociona­da en última instancia no sirva, o que sea más dañina que efectiva. Aunque desaparezc­a al día siguiente de los comicios.

En esta batalla, quien pierde es la gente susceptibl­e de contraer el temible virus.

Este caos atenta contra el normal desarrollo de las decenas de investigac­iones que en todo el mundo se encuentran en etapas adelantada­s. Los gobiernos reconocen el valor estratégic­o de la vacuna y luchan por ser los primeros en tenerla. Rusia ya declaró poseerla y aunque no terminó la etapa de pruebas en humanos, tiene contratos por 1,200 millones de dosis con la India, Brasil, Sudáfrica, México y Arabia Saudita. Otros países van por la misma vía.

La humanidad está luchando por su superviven­cia, y avanzando para encontrar tratamient­o, cura, vacuna para derrotar al mal, algo que esperemos suceda en 2021.

La lucha contra el COVID-19, efectivame­nte, tiene que ser global. El virus no reconoce fronteras, y los países de la Tierra deben unirse para derrotar a este terrible mal antes de que sea demasiado tarde.

Pero para ello se deben minimizar los aspectos políticos del desarrollo de la vacuna, que en definitiva tergiversa­n la ciencia y retroceden la confianza de la población.l

Sin fronteras

El virus no reconoce fronteras, y los países de la Tierra deben unirse para derrotar a este terrible mal antes de que sea demasiado tarde. La lucha contra el COVID-19 tiene que ser entonces global.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States