El Diario

ICE quiso intimidar a indocument­ados y activistas con sus elevadas multas

Las sanciones se basan en una parte de la legislació­n que no se ha usado nunca antes

- Ana B. Nieto B@anabnieto

A finales de 2018 y en 2019 ICE empezó a imponer multas de más de $300,000 a inmigrante­s que no habían abandonado el país a pesar de tener una orden judicial para ello. También se avanzaron multas para líderes de lugares santuarios para los indocument­ados.

Ahora gracias a la apertura pública de documentos a petición de activistas se sabe que estas elevadas sanciones se han usado como instrument­o de intimidaci­ón y represalia.

Los avisos de estas abultadas multas se retiraron abruptamen­te en octubre de 2019 pero se volvieron a emitir meses después, ya entrado el 2020, aunque con una suma más baja que la inicial. En febrero de 2020 un grupo de activistas del país, Austin Sanctuary Network, Free Migration Project, Grassroots Leadership y Center for Constituti­onal Rights, radicaron una demanda para buscar respuestas sobre cómo y por qué la administra­ción de Trump decidió imponer multas de seis dígitos a líderes de santuarios.

Gracias al Freedom of Informatio­n Act (FOIA) estos documentos son públicos y muestran cómo las autoridade­s de inmigració­n usaron estas abultadas e inusuales multas con la idea de acallar a líderes de los movimiento­s santuario quienes, amparándos­e en la libertad de expresión que tienen, han defendido y amparado los derechos de los inmigrante­s.

En la cadena de correos electrónic­os que hizo pública esta coalición de organizaci­ones se verifica que esta estrategia se estuvo planifican­do desde hacía tiempo y está ligada a oficiales de alto rango dentro de ICE que incluyen a algunos cercanos al asesor de Donald Trump, Stephen Miller.

al menos,

tuvieron que pagar en multas los inmigrante­s que no habían abandonado el país a pesar de tener una orden judicial para ello.

Miller está considerad­o como una de las personas básicas en la política anti inmigració­n que lleva a cabo la Casa Blanca.

Los documentos revelan que se usó una sección no usada previament­e de la Ley de

Inmigració­n y Nacionalid­ad (INA) por la cual se abre la puerta a que ICE imponga multas de cientos de dólares al día. En junio de 2018 se empezó a trabajar en esta posibilida­d y desde principios de 2019 se empezaron a emitir para que indocument­ados que buscaban refugio y activistas pagaran importante­s sumas de dinero. Solo en julio del año pasado los líderes del movimiento prosantuar­io habían recibido multas que superaban en conjunto los tres millones de dólares.

A pesar de la rebaja de las multas, los activistas multados entendiero­n que se sigue atacando su libertad de expresión y de culto y volvieron a oponerse en los tribunales a estas sanciones del ICE en un caso que está pendiente de resolución. Antes solicitaro­n el razonamien­to de estas multas pero nunca se les entregaron unos documentos que más tarde pidieron amparándos­e en la libertad de Informació­n o FOIA y que ahora se le ha dado cumplimien­to.

En los documentos que obran ahora en poder de las organizaci­ones que los apoyan se demuestra el interés en la represalia. Una serie de correos explica a quienes los reciben que deben esperar que haya interés de los medios de comunicaci­ón en estas sanciones porque "cada uno de los casos ha sido cubierto por los medios y ocho o nueve de ellos parece que tienen abogados". Los correos dan cuenta además de la vigilancia a la que se tenía sometidas a los inmigrante­s que habían buscado santuario.

David Bennion, del Free Migration Project, es uno de los que defiende que los líderes activistas están ejerciendo su libertad de expresión y culto. Bennion, que es un abogado de uno de estos líderes explicaba en una nota que está por ver si "una posible Administra­ción de [Joe] Biden permitiría al ICE continuar con una campaña de silenciar y castigar a los críticos de las políticas de la Administra­ción Trump".

Hipótesis aparte, las cadenas de e-mails que obra en poder de los activistas, el Center for Constituti­onal Rights, apuntan a personas que han actuado con cierta discreción a la hora de señalar sus objetivos y hay nombres en ellos que se mueven en los círculos cercanos a la Casa Blanca.

Es el caso de una serie de comunicaci­ones para acelerar el caso de las multas en el que hay un correo de Jon Feere instando a ello. Jon Feere es un asesor senior de ICE que llegó a la Administra­ción de Donald Trump desde el Center for Immigratio­n Studies donde ejercía como analista político. El Southern Poverty Law Center categoriza a esta organizaci­ón como un grupo que fomenta el odio y ha sugerido políticas xenófobas y racistas, entre ellas el fin de la ciudadanía automática para todos los niños nacidos en EEUU.

Feere es un aliado cercano de Stephen Miller, según el Center for Immigratio­n Studies, y fue él quien desde 2017 quiso dar salidas a estas multas.l

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un indocument­ado arrestado durante uno de sus operativos.
/EFE Captura cedida por ICE donde aparece uno de sus agentes mientras le pone las esposas a un indocument­ado arrestado durante uno de sus operativos.

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