Sanar las heridas
El presidente electo Joe Biden se presentó en su discurso de la victoria como el líder conciliador que buscará acabar con la polarización en el país. Lo dijo simple y llanamente: “Este es el momento de sanar en Estados Unidos”.
El que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) compareció ante cientos de personas en un escenario instalado al aire libre en Wilmington (Delaware), ciudad donde reside.
En contraste con la retórica agresiva del presidente saliente, Donald Trump, que no ha reconocido aún su derrota, Biden adelantó que planea ser un líder que no busque la división sino la unidad, que no diferencie entre “estados rojos y estados azules”, en referencia a los colores del Partido Republicano y el Demócrata.
“Dejemos que esta sombría era de demonización en Estados Unidos comience a terminar aquí y ahora”, invitó el político demócrata, quien prometió trabajar con todo su corazón y con confianza en toda la gente.
Biden adelantó que quiere “restaurar el alma de EEUU para reconstruir la columna vertebral de esta nación, la clase media, y para hacer que EEUU vuelva a ser respetado en el mundo de nuevo”. En esa línea conciliadora, tendió una mano a los seguidores de Trump: “A todos ustedes que votaron por el presidente Trump, entiendo su decepción, yo mismo he perdido un par de veces, pero ahora démonos una oportunidad los unos a los otros, ya es hora de apartar la retórica estridente, bajar la temperatura, vernos los unos a los otros y escucharnos de nuevo”.
Biden estuvo precedido en su discurso por la vicepresidenta electa, Kamala Harris.