El reclamo de la mujer y la gestión de AMLO
Feministas critican la falta de sensibilidad en sus mensajes pero reconocen los avances en participación política
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, es sensible al machismo en un país misógino. Así que en los últimos días hizo de tripas corazón y se quejó públicamente de discriminación en el equipo de seguridad por su condición de mujer a pesar de que ella es la cabeza responsable de la política interna de México.
En ocasiones, militares y marinos; jefes policiacos y abogados de la nación simplemente la ignoran en las reuniones donde se toman las decisiones para enfrentar la delincuencia, las masacres, el baño de sangre. No la toman en cuenta, dice, aunque sus análisis fueran agudos, “aunque estuviera aportando algo importante”, dijo.
No es que lo hicieran “adrede” (intencional), agregó: simplemente “no se dan cuenta”, no es para a ellos perceptible lo que para ella sí. “Micromachismo”, pues.
Como las actitudes callejeras, como “dar un arrimón” en el Metro, gritar comentarios obscenos, interrumpir en juntas de trabajo a las mujeres o calificar la belleza de una amiga con base en un número o denostar a la pareja en público.
Sánchez Cordero dijo lo que tenía que decir en un turbulento escenario que incluye el asesinato de miles de mujeres por razones de género, esto es: feminicidios.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2019 se registraron 938 casos de feminicidios y 199,974 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres.
La batalla en contra la cultura del micromachismo es en tiempos recientes el foco principal de la agenda feminista como lo ha expuesto la secretaria de Gobernación, pero no lo es para el presidente Andrés Manuel López Obrador.El mandatario mexicano ha puesto en la mira otro asunto como tema principal para atender a la mujer y es la paridad de género en el ámbito de la política y la función pública.
El orden de prioridades en las dos agendas ha abierto una brecha entre grupos feministas y el mandatario mexicano.
El presidente prometió que mantendría “el equilibrio” y la participación de las mujeres en su gabinete si acaso en la última semana de octubre alguna de ellas renunciaba para buscar una candidatura en los comicios de 2021.
Desde que arrancó su administración, López Obrador mantuvo su promesa de
campaña de tener a la mitad de las secretarías de Estado encabezadas por una mujer en reconocimiento al talento más allá del género.
Así llegaron a Gobernación Sánchez Cordero, exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; a Economía, Graciela Márquez, licenciada en Economía por la UNAM; a Energía, Norma Rocío Nahle, exdiputada, ingeniera química y trabajadora en diversas áreas de Petróleos Mexicanos; a la secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde, licenciada en Derecho por la UNAM, maestra en Derecho por la Universidad de Berkeley y ex diputada federal y a Cultura, Alejandra Frausto, abogada, entre otras.
Durante el presente sexenio también se aplicaron a rajatabla las cuotas de género para no tener un desbalance de curules a favor de los hombres y para que las leyes y reformas y las decisiones legislativas en general quedaran en un 50% en manos femeninas.
La senadora Citlalli Hernández reconoce que su curul es beneficiada de esa actitud y desde ahí se han impulsado leyes a favor de la mujer como de paternidad responsable o las que sancionan la difusión de imágenes íntimas que perjudicaban principalmente a ellas. “El mundo y México tienen que acostumbrarse a ya no ver espacios altos de poder sin las mujeres y eso no es una moda, es el resultado de luchas históricas”.
El analista político Abraham Mendieta coincide. “Es verdad que las mujeres en el gobierno federal, el Poder
Legislativo y en la dirección de MORENA se han empoderado”.
Las rezagadas
El incremento de la participación en la vida pública le ha dado al presidente que prometió una “Cuarta Transformación” en la vida pública del país un reconocimiento por parte de las feministas partidarias de la agenda política. Pero quedan aún muchos pendientes que otros grupos de mujeres le echan en cara en mítines y foros.
Entre otras cosas le siguen reprochando la inseguridad y la violencia en contra las mujeres en espacios públicos y privados; la ausencia de equidad de género dentro de los planes de estudio en donde se enseñe a los niños de la igualdad, derechos, elecciones sexuales, salud sexual, diversidad y respeto, entre otras.
Algunas respuestas del mandatario a estas peticiones y otros asuntos se han interpretado como “machistas” por considerar que las mujeres son como “personal de servicio” encargado de cuidar a los infantes, los enfermos y los adultos mayores.
Además criticaron que el presidente haya utilizado el 58% de un fondo para la igualdad de las mujeres del Presupuesto de Egresos de la Federación para entregarlos directamente y a discreción. “Sólo dio el 0.3% para los refugios a mujeres maltratadas, el 0.13% para temas de salud sexual y reproductiva y apenas 0.08 por ciento para las Casas de la Mujer Indígena o Afromexicana”.l