Migrantes varados esperan ‘in extremis’ un nuevo destino
“Es difícil para los que estamos viviendo fuera (del campamento). Aquí somos explotados por los patrones que no quieren pagar”, lamenta el salvadoreño Roberto Hernández.
Ha acudido al campamento de migrantes porque una compatriota le regalará un poco de comida que varias entidades civiles les donan cada quincena. Afuera del sitio se tiene que trabajar para pagar la renta y los servicios básicos, y apenas sobra para los víveres.
“Estamos felices de que llegue un presidente (Biden) que sea razonable, que conozca de humanidad, y eso lo sentimos. Con base de lo que se siente nace la confianza”, argumenta.
Roberto espera, como el resto, que Biden cumpla su palabra de regularizar a los migrantes y ponga interés en resolver las solicitudes de asilo estancadas desde que comenzó la pandemia.
Solución inmediata o crisis
Los activistas también han sufrido un desgaste al cubrir durante casi dos años las necesidades básicas de los migrantes, ante la indiferencia de las autoridades mexicanas.
“Estamos pasando por condiciones criticas y también el migrante, porque si antes comían tres veces al día, ahora solo lo hacen dos veces”, reveló Juan Antonio Sierra Vargas, coordinador de la Casa del Migrante de Matamoros.
Las organizaciones que apoyan a los extranjeros y mexicanos que esperan una oportunidad de cruzar de manera legal a Estados Unidos, también tienen su esperanza puesta en el nuevo Gobierno estadounidense que ha prometido dar un giro radical en el tema migratorio.
“Es muy pesado, sobre todo cuando no hay apoyo lamentablemente por parte de ningún nivel de Gobierno”, sentencia el activista.
La caravana fallida
Mientras en Matamoros esperan con ansias la consolidación de los cambios en materia migratoria, miles de Hondureños retornaron esta semana a su país apesadumbrados tras un fallido intento por llegar en caravana a Estados Unidos, que fue imposibilitado por las políticas migratorias y sanitarias de Guatemala.
Solamente pequeños grupos llegaron a Tecún Umán, en la frontera entre Guatemala y México, buscando el momento para cruzar de país clandestinamente.
Aunque para los hondureños cumplir con su sueño americano, y pese a los cambios en Estados Unidos, se vislumbra muy complicado en este ocasión. Porque México también desplegó centenares de fuerzas de seguridad en su frontera sur para frenar su avance.l
Confían en las nuevas políticas migratorias del presidente Joe Biden